Best Buy ha eliminado de su catálogo las soluciones de Kaspersky por las preocupaciones en Estados Unidos de los supuestos vínculos de la compañía con el gobierno ruso.
Kaspersky es una de los mayores especialistas mundiales en ciberseguridad. Tiene 400 millones de clientes en todo el mundo y sus antivirus suelen encabezar las listas de las mejores soluciones de seguridad.
Sin embargo, hace tiempo que está en el ojo del huracán por el origen ruso de su fundador y su relación con el Kremlin. Aunque nunca se han mostrado pruebas concretas de ello, las soluciones de Kaspersky fueron prohibidas para uso gubernamental en Estados Unidos por los mismos motivos.
¿Razones políticas y no comerciales?
Best Buy no ha explicado el motivo del bloqueo a las soluciones de Kaspersky. Únicamente han comentado que hay «demasiadas preguntas sin respuesta» y que la decisión «se volverá a valorar en el futuro».
Por su parte, Kaspersky ha vuelto a negar las acusaciones. «La única conclusión parece ser que Kaspersky Lab está atrapada en medio de una lucha geopolítica y está siendo tratado injustamente a pesar de que la empresa nunca ha ayudado, ni va a ayudar, a ningún gobierno del mundo en tareas de ciberespionaje o esfuerzos cibernéticos ofensivos“.
Un caso peculiar donde la política termina una relación de más de una década entre Best Buy y Kaspersky. No es habitual que la cadena de artículos electrónicos número uno de Estados Unidos, retire de las estanterías productos que se encuentran entre los mejores de su clase por motivos que -obviamente- no son comerciales.
De momento, las soluciones de Kaspersky se vende a través de su portal web y en otros minoristas como Target, Walmart.com, Amazon.com y Staples.com. Y decimos de momento porque senadores estadounidenses están presionando al gobierno para que se prohíba su uso en el país, también en el mercado de consumo.
Sin estar directamente relacionado con lo anterior, citar que recientemente Kaspersky retiró la demanda antimonopolio contra Microsoft presentada ante la Comisión Europea y la Oficina de Competencia alemana, por supuesto abuso de posición dominante para impulsar su propia solución de seguridad, Windows Defender, perjudicando a terceros proveedores.
La firma explicó la retirada de la demanda por los cambios establecidos en la última actualización de Windows 10, Creators Update, y por los compromisos adquiridos por Microsoftpara solventar las críticas de los proveedores de software de seguridad.