Ayer se conocía la noticia sobre la compra de AVG por parte de Avast. Una operación de 1.300 millones de dólares con la que podrá reforzar la seguridad de sus más de 230 millones de usuarios en todo el mundo. Un movimiento que demuestra dos cosas: las consolidaciones tecnológicas son un hecho y que el sector de la seguridad mueve montañas corporativas.
Por el momento las compañías de seguridad operarán de forma independiente para conservar sus respectivas imágenes en aquellos territorios donde son más fuertes. Aún así, su unión crea un organismo con 400 millones de Endpoints de los cuales 160 millones son móviles. Una cifra más que importante para operar con cierta soltura, sobre todo, en ámbitos como Internet de las cosas donde AVG estaba tomando posiciones adelantadas al resto de la industria.
El volumen importa
Ya lo demostró hace unas semanas Microsoft con la compra de LinkedIn: el volumen importa. Los 433 millones de usuarios con los que cuenta la red social profesional son vitales para los futuros negocios de los de Redmond así como los más de 200 millones de internautas que tienen instalado un antivirus de AVG.
La operación refuerza a Avast, sobre todo, en ciertos territorios donde el fabricante tiene una presencia reducido o nula. Una fórmula que le ayudará a rascar una parte de los 170.000 millones de dólares que alcanzará la seguridad en 2020 de los cuales 309 millones de euros ya se generan en el mundo IoT.
Las últimas compras tecnológicos vienen a demostrar que en plena era de valor, el volumen todavía tiene importancia. La capacidad de contar con un ecosistema de clientes asentado o de partners fieles también es un aliciente para los grandes. Más allá de la especialización, el rival voluminoso también tiene su recompensa.
¿Qué te parece la compra de AVG por parte de Avast?
