Las grandes comunidades sociales llevan tiempo intentando que las empresas rentabilicen su presencia con ventas. Lejos de conseguirlo, los intentos han sido en vano. Sin embargo, ni Facebook ni Twitter cesan en esta guerra que si han sacado más provecho otras redes como Pinterest.
En plena batalla por conseguir sacar el máximo rendimiento a sus comunidades, Facebook y Twitter siguen dando pasos para convertir sus espacios en un lugar para vender. El microblogging compró CardSpring el pasado jueves. El servicio que ofrece infraestructura para pagos móviles es un apoyo a otras compañías ya compradas como Stripe, competidor clave de PayPal.
Además, Twitter está apoyándose en socios consolidados para mostrar su potencial comercial. Durante este año anunció una alianza con Amazon para promover descuentos y ofertas a través de la red social. Lo mismo hizo con American Express. Pasos inequívocos para fomentar la venta.
Pero Twitter quiere ir más allá. Y Twitter Commerce es el proyecto que lo hará realidad. Aunque todavía no sabemos demasiado sobre esta iniciativa, lo cierto es que el objetivo es claro: poner a disposición de las empresas una plataforma para vender sus productos o servicios muy sencilla y directa para los usuarios.
Por su parte, Facebook también esta poniendo de su parte. Las tiendas de Facebook nunca han funcionado por lo que el gigante busca otras vías. De hecho, los de Zuckerberg también están probando nuevas fórmulas como un botón de compra que ayude a incentivar las ventas que nunca han terminado de cuajar.
¿Sirven para vender?
Todos los pasos de Facebook y Twitter son positivos para los vendedores. Sin embargo, ¿realmente se podrá llegar a vender por las redes sociales? ¿Son lugares propicios para comprar?
Muchos son los consumidores que utilizan estas comunidades para recomendar, criticar o hablar sobre productos o marcas. Una interacciones que, en muchos casos y si son positivas, pueden llevar a un nuevo cliente. Una compra que se realiza fuera de las redes sociales.
Es cierto que Facebook, Pinterest y por último, Twitter son las tres vías sociales que más clientes llevan a las tiendas on-line. De ahí a vender directamente todavía va un trecho. Sin embargo, no es algo tan descabellado si el proceso se va a realizar igualmente.
Aún así queda mucho por recorrer. Un camino complicado de explorar porque pasaría por hacer entender a los usuarios que las comunidades sociales no solo son una diversión sino también un lugar de compras. Un hecho que puede ocasionar dos reacciones: la de la huida por la vorágine comercial o la de aceptación por la comodidad de uso de las redes sociales como centro comercial on-line.
De momento, estamos en un primer estadio. Tendremos que ver los próximos pasos de las grandes para saber si realmente será atractivo comprar por Facebook o Twitter. Eso sí, esa última palabra la tendrá, como siempre, el consumidor.
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