Al igual que cualquier industria, el cibercrimen cuenta con un entramado empresarial importante. Los grupos cibercriminales operan cada vez más organizados y se convierten así en agentes del mal que incrementan sus ciberataques. Un terreno donde poner cara a esas «empresas» nos ayuda a entender mejor por dónde pondrán ir.
El año pasado, el mundo del cibercrimen estuvo marcado por un creciente número de ataques perpetrados por grupos criminales. La economía de la ciberdelincuencia ha experimentado una transformación significativa, evolucionando de ser una actividad aislada a convertirse en una industria en sí misma.
Una de las principales consecuencias es que se ha convertido en un sector maduro que opera bajo principios muy similares a los de los negocios legítimos que buscan obtener beneficios. Los grupos cibercriminales han desarrollado nuevos modelos de ingresos y estrategias para obtener un flujo de dinero de las empresas y administraciones y dirigirlos hacia sus propios bolsillos, según indican en el Informe de amenazas 2023 de Sophos.
Este documento del fabricante recoge cómo, en las últimas décadas, las herramientas de los hackers han evolucionado extraordinariamente. La automatización y el uso de soluciones avanzadas han permitido a los ciberdelincuentes llevar a cabo ataques lucrativos con impunidad.
Por otro lado, no hay que pasar por alto el hecho de que la ciberdelincuencia ha adoptado características de los negocios normales, como mercados, bolsas, especialistas, subcontratación de proveedores de servicios y cadenas de suministro integradas.
Estos mercados ilícitos permiten a los delincuentes comprar malware y servicios de despliegue, así como vender credenciales robadas, y otros datos, de forma masiva. En este nuevo ebook que te presentamos, analizamos quiénes son los grupos cibercriminales más peligrosos que han operado en 2023, a nivel mundial y cómo actúan.