Las pequeñas y medianas empresas son, probablemente, el actor más vulnerable y débil cuando se presenta una crisis económica mundial como la que estamos viviendo. Sobrevivir no es del todo imposible si aplicamos algunas medidas que mantendrán a flote nuestro negocio.
Ninguna medida es infalible, ni tenemos la receta mágica para salvar a tu negocio de la crisis, pero lo que sí podemos ofrecerte es una serie de consejos que pueden mitigar sus sinsabores más agudos.
Recorte de gastos innecesarios
Muchas empresas tienen servicios que implican una mejora en el ambiente laboral de la empresa, pero que no son estrictamente necesarios.
Aquí podemos encuadrar servicios que van desde máquinas expendedoras gratuitas o suscripciones a periódicos y revistas a regalos e incentivos. Si se opta por esta opción, conviene recordar a los trabajadores que es una medida temporal, debido a la situación económica y que dichos servicios se restablecerán lo antes posible.
Negociar con clientes
A veces podemos negociar con nuestros clientes de confianza un pago por adelantado de parte de lo adquirido. Esto nos permitirá afrontar de una forma más desahogada los gastos de producción, compra de material, almacenaje, etc.
Negociar con proveedores
Una de las habilidades más importantes que nos podemos exigir es ser capaces de renegociar con nuestros proveedores los términos de pago de nuestra deuda.
En general no suele ser una negociación excesivamente complicada, ya que la mayoría de ellos se harán cargo de nuestra posición y, en cualquier caso, preferirán cobrar tarde a no cobrar nunca.
Reducir stocks
Resulta innecesario producir al 100% de nuestra capacidad cuando sabemos anticipaldamente que no vamos a ser capaces de venderlo todo.
Incluso podemos negociar con los proveedores la recompra de la materia prima que sabemos que no vamos a utilizar a corto plazo a un precio que resulte muy atractivo para el suministrador.
Reducir suministros
Reducir los recursos económicos que destinamos a la compra de material de oficina, de limpieza, el que gastamos en tareas administrativas, etc.
Prescindir de nuestros empleados
Esta es la peor opción de todas que se pueden barajar. Los expertos recomiendan el despido única y exclusivamente cuando no hay ninguna otra opción; cuando hemos agotado todas las posibilidades y no hemos obtenido resultados.
Recordemos que el despido no solo es un acto traumático para el trabajador, sino también para la empresa, cuyo clima laboral se ve profundamente afectado.