Podemos hablar de soluciones de seguridad avanzada, de añadir opciones EDR para ser más proactivos, pero si en estas acciones no incluimos la formación TI en un sentido integral, no conseguiremos nuestro objetivo: proteger a las empresas a las que prestamos servicios tecnológicos.
La formación TI a todos los empleados de la organización es un primer paso absolutamente primordial para la protección empresarial. Que todos los trabajadores tengan unos conocimientos mínimos que puedan aplicar en su día a día nos ayudará a minimizar los riesgos que tienen todas las empresas.
Sin embargo, esta formación TI es uno de los principales retos que tienen todas las empresas. Educar en buenas prácticas de seguridad supone una labor en la que no todas las compañías toman parte por no tener los conocimientos necesarios o simplemente por no contar con los aliados tecnológicos adecuados.
En este sentido, existen ciertas medidas que pueden ayudar a extender estos hábitos seguros en las empresas. Estas son algunas de las principales:
- No compartir datos en redes Wi-Fi abiertas: aunque en algunas empresas directamente está prohibido el acceso con dispositivos propios, lo más recomendable es que se haga una labor de concienciación en la que se incida en la importancia de no acceder a estas redes y en el caso de necesitarlo, tener mucho cuidado con la información compartida.
- Procedimientos para el teletrabajo: el trabajo en los hogares ha puesto de manifiesto ciertas problemáticas de seguridad que antes prácticamente no se daban. VPN al descubierto o prácticas poco seguras. Contar con ciertos parámetros preestablecidos así como una formación TI adecuada ayudará a que todo esto se cumpla.
- Contraseñas: uno de los puntos flacos de los trabajadores son sus contraseñas. Muchos de ellos no las cambian casi nunca y la gran mayoría utiliza combinaciones poco seguras. Por ejemplo, una contraseña de 12 caracteres tarda 62 trillones de veces más en ser descifrada que una contraseña de seis caracteres. El uso de una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos también reducirá la posibilidad de que los hackers adivinen su camino hacia la cuenta de un usuario.
- Dispositivos seguros: aprender a acceder a recursos empresariales desde dispositivos seguros es otra máxima que alentar entre los empleados. Aunque puedan estar tentados de utilizar equipos personales, deberán estar educados para conocer los requisitos mínimos para que el trabajo pueda ser seguro.
- Prácticas: pero quizás el punto más importante está en los hábitos de los usuarios. Desde no abrir adjuntos en correos electrónicos sospechosos hasta evitar descargas de páginas no autorizadas. Ofrecer un plan de actuación ante estas situaciones ayudará a ponérselo más difícil a los cibercriminales.
Un servicio perenne en el tiempo
Así, evangelizar a todos los integrantes de una empresa en buenos hábitos TI puede ser un servicio añadido de un partner tecnológico. Un valor más que ofrecer junto con una propuesta de seguridad que hará que los posibles problemas que puedan surgir sean menores.
Estas medidas adoptadas no pueden ser facilitadas en un momento puntual y ya. La política de formación TI debe ser recordada con frecuencia y actualizada cuando veamos ataques puntuales que pueden afectar a nuestros clientes o situaciones delicadas. Tanto es así que, como partners, podemos ofrecer este servicio de forma recurrente convirtiéndolo en un ingreso más.
Además, toda esta formación TI debe ir complementada con una buena política de seguridad empresarial donde la tecnología respalde toda nuestra oferta. De poco sirve que recordemos todos los meses los hábitos seguros, si después tenemos un sistema con agujeros de seguridad. Combinar ambos factores pondrá las cosas más complicadas a los cibercriminales y por extensión, nos acreditará como un proveedor de confianza y valor.
