A finales de la semana pasada, Intel anunció la compra de Rivet Networks, conocida por sus famosas tarjetas de red Wi-Fi para ordenadores gaming, Killer, con la que suma a su catálogo la integración de estas soluciones de conectividad para la próxima generación de Wi-Fi 6 así como sus herramientas de software complementarias a los productos.
Fruto de la adquisición, su equipo se unirá al Grupo de Soluciones Inalámbricas dentro del Grupo Client Computing, con lo que todos los productos clave de Rivet Networks se integrarán en la cartera más amplia de Wi-Fi para PC de Intel. Además, la compañía también licenciará su software a los clientes, y desarrollará nuevas soluciones para mejorar la conectividad para ordenadores.
Sin embargo, esta compra parece tener una segunda y bastante notable connotación: un ataque directo a su principal competidor, AMD. Desde hace ya años, la compañía de Lisa Su había estado utilizando estas tarjetas de red Killer en un buen segmento de sus placas base para gaming. Y es que aunque el anuncio oficial ha sido algo escueto, sin siquiera haber especificado las cifras concretas de la operación, todo apunta a que dejaremos de ver placas base para procesadores AMD equipadas con las tarjetas de red Killer.
Por su parte, desde Intel se han limitado a señalar:
Rivet Networks es un excelente complemento para nuestros productos Wi-Fi existentes […] ofrecen velocidad, inteligencia y control para jugadores y usuarios de rendimiento. Sus productos maximizan la utilización del ancho de banda de Wi-Fi y optimizan la conexión […] combinada de Ethernet y Wi-Fi para priorizar el tráfico en ambas conexiones”.
Hoy en día, con esta especial situación que nos ha tocado vivir desde el primer arranque de 2020, las redes de conexión a Internet se han vuelto más esenciales que nunca, llegando a su punto más álgido en los entornos de trabajo, la enseñanza y el ocio, aumentando la media por hogar de hasta 11 dispositivos conectados.
Algo que a su vez ha derivada en un pequeño repunte en las compras de periféricos, y una inusual tendencia hacia los periféricos de alto rendimiento para jugadores, dadas sus posibilidades y aplicación a todo tipo de entornos.