CES 2019. Entre la marabunta de anuncios de estos días destacamos el primer televisor OLED enrollable del mundo. Lo ha presentado LG, así como otras novedades, como una propuesta diferente dentro del sector. El LG SIGNATURE OLED TV R combina una mejora en calidad de imagen y sonido con la posibilidad de reducir su tamaño apretando un simple botón.
El nuevo televisor de 65 pulgadas busca cambiar las reglas del juego ya que libera a los usuarios de las limitaciones propias de la pared. El nuevo LG SIGNATURE OLED TV R tiene tres opciones físicas y de visionado (vista completa, vista cerrada y vista en línea) gracias a la tecnología OLED.
La vista completa (Full View) garantiza una experiencia de visionado en gran pulgada y con un contraste, profundidad y realismo completos. A ello se une la máxima calidad de sonido y de imagen potenciados por Inteligencia Artificial y la segunda generación del procesador inteligente α (Alpha) 9 de LG, acompañados por un potente algoritmo de deep learning.
Los usuarios tienen en su propia voz el mando para gestionar Amazon Alexa –el servicio añadido al porfolio con Inteligencia Artificial de 2019-, además de poder utilizar AirPlay 2 y HomeKit de Apple.
Por su parte, el modo lineal de este televisor deja enrollada de forma parcial, y permite realizar tareas para las que no se necesita la pantalla completa, como es el caso de consultar el Reloj o el Tiempo que hace, gestionar el Fondo y el Tono para crear una atmósfera más relajante; ver Fotos familiares compartidas desde un smartphone, o consultar cualquiera de las funcionalidades de Barra de Inicio.
Y, finalmente, cuando está completamente cerrada, las 65 pulgadas del LG SIGNATURE OLED TV R se esconden en su base. Pero, aun así, los usuarios pueden disfrutar de música o de otros contenidos de audio con máxima calidad, gracias a su sistema Dolby Atmos de 100W frontales y 4.2 canales.
De ser el centro de atención a desaparecer
Desde el inicio de la era moderna, el tamaño de las pantallas de los televisores ha ido creciendo consistentemente y de forma paralela al aumento de su resolución y a la demanda de los usuarios, que pedían cada vez una experiencia más inmersiva. Sin embargo, cuando estos mismos usuarios apagaban el televisor, lo único que quedaba era un gran rectángulo negro dominando la habitación. Ni siquiera los televisores más avanzados conseguían ofrecer el nivel de contraste o de profundidad de color que se pedía a la industria. Mientras tanto, y en un esfuerzo por hacer de los televisores unos elementos menos visibles, los fabricantes entraron en una competición por la pantalla más fina y lo menos intrusiva posible.
La presentación de este modelo va justo encaminado en esta línea; la de hacer desaparecer el televisor cuando y cómo quiera el usuario. Un nuevo enfoque innovador. ¿Qué te parece?