El cumplimiento normativo, llamado también compliance en su traducción al inglés, es una piedra que resulta difícil de sortear para muchas empresas, sobre todo porque sus estructuras y las situaciones que afrontan son cada vez más complejas en muchos frentes y las legislaciones se están volviendo más exigentes. Esto hace que no solo las grandes empresas tengan departamentos dedicados al cumplimiento normativo, sino que las pymes también deberían contar con partners que les ayuden en este sentido.
Debido a una legislación más exigente en torno a empleados, clientes, proveedores y tecnología y las complejas estructuras que se emplean para gestionar todo eso, las empresas son cada vez más conscientes del cumplimiento normativo. Muchas proyecciones en este ámbito indican un crecimiento considerable para la década que comprende desde 2023 hasta 2032, con estimaciones que sitúan la cantidad total en 111.000 millones de dólares para la segunda mitad de dicho periodo. Según Fortune Business Insights, el tamaño del mercado global de gobernanza empresarial, riesgo y cumplimiento normativo alcanzará casi los 40.000 millones de dólares en 2023.
A pesar de que la situación en torno al compliance hace que sea aparentemente atractivo contar con socios o departamentos especializados en dicho ámbito, muchas empresas siguen prefiriendo los atajos, cosa que se ha visto en los más 2.500 millones de dólares que las empresas de Wall Street han pagado en multas por el hecho de no supervisar adecuadamente las comunicaciones de sus empleados, que estaban utilizando aplicaciones de mensajería no autorizadas como WhatsApp. Por nuestro lado del Atlántico tenemos en GDPR, un reglamento de protección de datos de la Unión Europea que se ha mostrado como una ley muy exigente y cuya aplicación no está resultando en ninguna broma.
Las dificultades del cumplimiento normativo, como no podía ser de otra forma, ha abierto una oportunidad de negocio
Las dificultades del cumplimiento normativo, como no podía ser de otra forma viendo cómo están las cosas, ha abierto una oportunidad de negocio. Ese es el caso de la empresa Theta Lake, cuyo director comercial, Anthony Cresci, ha comentado que el cumplimiento normativo es “un mercado tremendamente lucrativo” para los socios del canal que quieren hacerse un hueco, ya que hay segmentos como la banca, las finanzas y la atención médica que están fuertemente regulados y cuyos canales de comunicación son sometidos a un fuerte escrutinio.
Las comunicaciones dentro de las organizaciones abarca un amplio espectro de canales que van desde los mensajes SMS hasta los de voz, pasando por aplicaciones de mensajería, mensajes en pizarras, aplicaciones de gestión de proyectos, redes sociales empresariales y comunicaciones electrónicas en reuniones. Para colmo, lo mencionado es solo la superficie, lo que delata la complejidad de la situación.
Un punto a tener en cuenta es que por lo general se han utilizado diferentes proveedores para capturar y retener diferentes tipos de contenido y de comunicaciones electrónicas, lo que vuelve difícil la realización del descubrimiento, la revisión, la investigación y la vigilancia si el contenido está en diferentes lugares. En consecuencia se hace necesaria la unificación de la captura y la retención de dicho contenido y su inclusión en una única línea de tiempo para que los revisores puedan ver y comprender todo el contexto de las comunicaciones, independientemente del canal en el que ocurrieron.
Por lo general se han utilizado diferentes proveedores para capturar y retener diferentes tipos de contenido y de comunicaciones electrónicas, lo que vuelve difícil la realización del descubrimiento, la revisión, la investigación y la vigilancia si el contenido está en diferentes lugares
En la actualidad el enfoque más moderno para el cumplimiento normativo consiste en basarse en la nube. Aquí no solo se trata de cumplir con la normativa vigente en torno a las comunicaciones, sino también con la seguridad tanto en términos legales como técnicos. Todo esto hace que el cumplimiento normativo sea una oportunidad de negocio y abre la puerta a que se convierta en un segmento natural del canal.
Obviamente, y a pesar de que en este caso hemos centrado el tema del cumplimiento normativo en las comunicaciones, no se pueden ignorar otros segmentos como la inteligencia artificial, sobre todo la generativa, que ha planteado muchas cuestiones y desafíos a todos los niveles, desde lo puramente económico hasta el cumplimiento de la legislación, pasando también por cuestiones éticas.
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