En la era de los MSP, es raro el partner tecnológico que no ofrezca de una u otra forma un servicio TI. Con la demanda al alza por parte de las empresas, este tipo de apoyos a la tecnología ofertada suponen un extra a ingresar nada desdeñable.
Sin embargo, a la hora de seleccionar el formato comercial con el que proponer servicios TI pueden surgir las dudas. Tantas que incluso se pueden convertir en un lastre. Son muchos los partners que infravaloran los servicios TI y no determinan la fórmula correcta para contabilizar las horas, equipo y conocimientos invertidos. Una problemática, que llevado al extremo, puede convertirse en un agujero en las arcas.
Es por ello que hoy venimos a repasar algunos modelos comerciales para registrar los servicios TI. Indicadores que nos permiten calcular el coste e ingresos que podremos tener por cada opción ofertada. A partir de ahí, las personalizaciones por parte de cada compañía son bienvenidas.
En un estadio inicial a la hora de proveer servicios TI, muchos partners optan tan solo por proponer servicios de monitorización con una cuota fija en un tiempo determinado (mensual o anual).
Ya sea para actualizar software o sistemas operativos, antivirus o soluciones de ciberseguridad, o supervisar sistemas de backup, estos servicios TI de monitorización pueden ir desde un soporte básico hasta uno avanzado.
Esta fórmula en su tarificación más básica es idónea para pequeñas compañías, autónomos o micropymes que buscan un compañero tecnológico, pero sin excesivas pretensiones. En cambio, se puede ir añadiendo complejidad, como la resolución de incidentes o alertas personalizadas, a medida que el cliente lo va demandando.
Como su propio nombre indica, la tarifa se calcula en base al dispositivo utilizado. Esta tipología es muy común en servicios TI gestionados de impresión, equipos o servidores. Son útiles, por ejemplo, en caso de reparación o actualización de software, entre otros.
La mayor ventaja de este modelo es que es muy sencillo cuantificar el gasto en servicios TI por parte de las empresas. Además, es igualmente fácil variarlo, si es necesario para adaptarse a las necesidades de la organización.
Similar al anterior modelo pero basado en usuario en vez en dispositivo. La gran diferencia radica en que el servicio TI tiene en cuenta tan solo a los usuarios, independientemente de los terminales en los que se conecte.
Esta fórmula puede ser una ventaja para aquellas empresas donde el trabajo híbrido es la norma. Justo lo que puede añadir más complejidad al servicio de cara al partner.
Como en los hoteles o paquetes vacacionales, esta opción permite que el cliente se despreocupe de los servicios TI que recaen en la responsabilidad del proveedor o MSP. El servicio TI se torna especialmente flexible e incluye todo tipo de soporte 24/7, actualizaciones y demás servicios por un pago mensual.
En este modelo lo realmente complejo es hacer una buena planificación de los costes que se van a asumir para poder repercutirlo bien al cliente. Es común encontrarnos con servicios TI infravalorados y que finalmente se vuelven más una carga que un beneficio para el partner.
Quizás este sea el modelo más común entre los proveedores de servicios TI por la comodidad y predecible para ambas partes.
Se trata de un formato en el que establecen diferentes paquetes. Como en las categorías de los programas de canal, se suelen determinar 3 modelos; uno básico, un medio y uno avanzado. En cada uno de ellos, los privilegios van creciendo a medida que la cuota mensual se incrementa.
Al igual que en un restaurante, los MSP también pueden ofrecer sus servicios a la medida del cliente. El formato de servicios TI a la carta permite además construir paquetes personalizados, aún más ajustados que en el anterior caso.
Este modelo se instaura como el colmo de la personalización. Es el más flexible y permite adaptarse a las diferentes casuísticas de cada organización y adaptar así también el precio.