Estar al frente de la gestión tecnológica de una compañía no es sencillo. Y mucho menos, ser el proveedor de esa tecnología a la que se le asigna un presupuesto con el que mantenerla siempre en funcionamiento y minimizar cualquier riesgo asociado.
La presión sobre los presupuestos TI es aguda en cualquier empresa. No solo en las grandes corporaciones donde el ROI se ha convertido en la palabra favorita de los gestores, sino también en las medianas y pequeñas que necesitan aguantar el ritmo de digitalización.
Aunque el CTO, CIO y CISO siguen siendo figuras fundamentales, la responsabilidad cada día se diluye más. Siendo las empresas cada vez más tecnológicas y un área estratégica, es fácil que los interlocutores vayan mucho más allá de los perfiles tradicionales. Aquí entra en juego claramente el CFO o el CEO de la compañía.
En este entorno surgen muchas dudas en las empresas desde diferentes prismas: ¿en qué nos focalizamos? ¿qué tecnologías son indispensables? ¿cómo podemos optimizar los costes? ¿qué mejoras traerá una solución tecnológica? Precisamente para responder a estas cuestiones y mantener la salud financiera de las empresas, los partners son primordiales.
La primera premisa sobre la que hay que mirar los presupuestos TI es el realismo. Evaluar las condiciones de la compañía tanto financieras como de mercado o de recursos. Entender en qué momento estamos y establecer objetivos asumibles.
En base a todo ello podremos elaborar una estrategia conjunta con la empresa. Puede ser ambiciosa, por supuesto, pero siempre realista para que la gestión no se convierta en un quebradero de cabeza posterior.
La tecnología vive en una constante actualización. El software, el hardware o los servicios se transforman continuamente con mejoras que aportar un nuevo valor o visión de negocio. Y entonces ¿por qué los presupuestos TI deben ser estancos?
Ayudar a las empresas a entender que la tecnología es dinámica y requiere movimientos casi continuos es otro de los grandes aprendizajes. Como partners podemos mostrar la evolución de herramientas y las ventajas que se pueden introducir con esas funcionalidades. En algunos casos será a costa de incrementar el presupuesto asignado, pero en otras, puede que incluso sea a favor de reducir la inversión TI.
La automatización en diferentes campos es un aliado clave para optimizar presupuestos y aumentar la productividad. Conseguir más con el mismo presupuesto TI es posible, si se gestiona correctamente.
Con la IA por bandera, la automatización se ha elevado a un nuevo estadio. Todas las soluciones incorporan funcionalidades que permiten automatizar tareas y eficienciar el tiempo humano, que puede ser mucho más valioso para otras labores.
Y por último y más importante, aprovechar la especialización de cada profesional o empresa para sacarle el máximo rendimiento. Como partners TI podremos exprimir nuestros conocimientos y ponerlos al servicio del cliente. En su mano ya estará el conseguir que ese recurso se utilice correctamente.
Como reza el dicho, al César lo que es del César y muchos más, cuando hablamos de presupuestos TI.