Ya sabemos que la Inteligencia Artificial inunda ya todo. Una tecnología que puede aportar funcionalidades extra en muchos ámbitos, especialmente en aplicaciones SaaS. Pero esas mejoras, a menudo, vienen añadidas con un sobrecoste que las empresas ven con malos ojos.
Hace un tiempo que vamos viendo como el SaaS ha sucumbido a la inflación y los precios se han disparado. Una realidad a la que se añaden las novedades en forma de IA, con las que los fabricantes aumentan un poco más las cuotas.
Y las empresas lo ven claro. En una encuesta de Forrester el 80% de los líderes IT de empresas estadounidenses confirmaban que el sobrecoste generado por funcionalidades IA en el SaaS está aquí. El incremento de las tarifas respecto al año pasado y prevén que se incrementen en este nuevo año.
No obstante, las compañías no ven tan evidente el valor de la IA. Muchas consideran que el esfuerzo de aplicar el IA en todo puede que no sirva para mucho, y muchos de esos proyectos fracasen.
Las ventajas de la IA en el SaaS son evidentes. Desde la automatización de procesos en herramientas como el CRM o ERP hasta la gestión mejorada de la atención al cliente en soluciones de comunicaciones, o la mejora de la eficiencia a la hora de manejar datos para predecir situaciones.
Sin embargo, ver el ROI por parte de las empresas no es tan sencillo, sobre todo, a corto plazo. Al incrementar el precio del SaaS con funcionalidades IA, esa ventaja se transforma, a ojos del cliente, en un incremento del precio que afecta a su cuenta de resultados.
Es trabajo del partner mostrar cómo ese valor puede notarse a medio o largo plazo en un incremento de la productividad o la eficiencia operativa en los puestos de trabajo. Un beneficio para toda la compañía que evoluciona y se digitaliza a partes iguales.