La inteligencia artificial (IA) está transformando muchos campos, incluido el sanitario, permitiendo avances en diagnósticos precoces, predicción de desastres naturales, desarrollo de fármacos eficaces y prevención del suicidio. Así lo estiman 5 expertos de la Universitat Oberta de Catalunya, que han analizado este tipo de avances para el Día Mundial de la Salud.
Sin embargo, pese a las ventajas, los expertos advierten sobre los desafíos, como la falta de transparencia en los modelos de IA, y que la información crítica, como los historiales médicos de pacientes, pueda quedar en manos de grandes corporaciones que desarrollan estas tecnologías.
Por otro lado, está la necesidad de recursos para su desarrollo e implementación, que pueden exacerbar las desigualdades existentes y plantear dudas sobre su sostenibilidad y impacto medioambiental. Y es que, la IA consume gran cantidad de recursos, y ejecutada en grandes centros de datos, puede suponer un incremento del consumo mundial de forma muy considerable, especialmente por la necesidad de unidades de alto rendimiento como las GPUs utilizadas para acelerar estas cargas de trabajo.
La IA puede contribuir en multitud de frentes dentro de los entornos sanitarios, tanto públicos como privados. Por ejemplo, pueden ayudar a agilizar tareas básicas que pueden ser automatizadas, como consultas sencillas de pacientes, gestión de citas, etc. No obstante, las capacidades de esta nueva tecnología pueden ir más allá. De hecho, los expertos estiman que los tres sectores donde mayor impacto puede tener son: