En un mundo cada vez más digital, la necesidad de almacenar y procesar grandes volúmenes de datos es fundamental. Los centros de datos se han transformado en los nuevos silos del siglo XXI, almacenando la información que es la base de nuestra era, el nuevo grano que alimenta y mueve a la sociedad.
En este contexto, España está emergiendo como un destino atractivo para la apertura de nuevos centros de datos. Por ello, es importante explorar las razones detrás de esta tendencia, los beneficios que estos centros de datos pueden aportar a la economía local y cómo España se está posicionando como un hub tecnológico en el escenario global.
La importancia de ser una potencia CPD
Ser una potencia en centros de datos es crucial para un país por varias razones. En primer lugar, los centros de datos son fundamentales para la digitalización de la economía. Sin ellos, no hay digitalización ni soberanía del dato, algo vital en estos tiempos. Además, la floreciente tecnología de la IA (y la nube) necesita cada vez de más centros de datos con mayores capacidades, otro sector vital de cara al futuro en el que Europa y España no se pueden quedar atrás.
Por otro lado, la industria de los centros de datos puede atraer inversiones significativas de parte de las grandes tecnológicas. Por ejemplo, se prevé que la inversión atraída por este sector a España en el periodo 2023-2026 esté cerca de los 8.000 millones de euros, lo que supondría un impacto en el PIB de casi 60.000 millones de euros.
Un país con una fuerte infraestructura de centros de datos puede convertirse en un hub digital importante. España, por ejemplo, se destaca como el principal hub de interconexión del sur de Europa, motivo por el que muchas empresas locales y grandes hiperescaladores europeos e internacionales están centrando su atención en nuestro territorio.
España: ¿un buen país para abrir centros de datos?
España tiene varias ventajas que la hacen atractiva para la construcción de centros de datos, como por ejemplo:
- Posición estratégica: la ubicación geográfica de la península ibérica es ideal para conectar la red de infraestructura tecnológica con el resto del mundo. Especialmente destaca por sus conexiones mediante cable submarino con el continente de América y el de África, así como una infraestructura de conexión con el resto de Europa.
- Disponibilidad de suelo: España cuenta con suficiente espacio para la construcción de estos centros.
- Energía renovable: el país tiene acceso a fuentes de energía renovables, lo que es beneficioso para los centros de datos que consumen ingentes cantidades de electricidad, minimizando así la huella de carbono.
- GPDR: la ley de protección de datos europea se cumple en los centros de España, al ser un país comunitario bajo estas mismas reglas. Por tanto, puede resultar atractivo para muchas compañías europeas que buscan mantener los datos dentro del territorio continental.
- Formación: se cuenta con personal preparado para la administración de los servidores, personal técnico, expertos en ciberseguridad, etc. Por tanto, la cualificación no es un problema. Así mismo, el buen clima y estado de bienestar también puede atraer a muchos extranjeros.
Sin embargo, también existen desafíos:
- Burocracia: existe un laberinto administrativo que puede dificultar la realización de inversiones y la construcción de nuevas infraestructuras.
- Déficit de potencia eléctrica: la potencia instalada es el principal insumo que tienen los centros de datos en España. Además, el precio del kWh tampoco ayuda a que España se pueda transformar en una potencia de los centros de datos, ya que estas instalaciones buscan las zonas con los precios más bajos. No obstante, la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania ha disparado los precios de la energía en otros países europeos, lo que ha dejado a España en una mejor posición en este sentido.
Las cifras hablan sobre el sector nacional
Haciendo un análisis del panorama de los centros de datos, se puede apreciar que es un sector en pleno auge. España ha construido gran cantidad de infraestructuras de este tipo, muchos ya están funcionando, otros se han planificado para un futuro próximo. Y lo mejor es que el número no deja de crecer año tras año, pasando de la construcción de tan solo unas unidades en los años 1990 hasta las varias decenas que están en nueva construcción en la actualidad.
Un mercado que cuenta tanto con centros de datos nacionales, extranjeros, públicos y privados. Algunos de grandes corporaciones como Meta, Microsoft, Google, Amazon (AWS), Telefónica, etc. Todos ellos repartidos por distintos puntos de la geografía española, aunque existen tres puntos «calientes» en este sentido: Madrid, Cataluña y Aragón. Estas son las regiones con mayor número de centros de datos. Madrid lidera con más de 40 centros de datos, seguida por Cataluña con más de una decena, y Aragón con 6, ésta última beneficiada por los campus de AWS y Microsoft, que eligieron estas tierras para sus CPD.
En España, el 65% de los centros de datos se dedican a la colocación e intercambio de datos. Los hiperescalares ocupan el segundo lugar con un 19%, seguidos por los servicios de hosting y nube con un 10%, y los de uso interno con un 6%. La inteligencia artificial (IA) está impulsando este crecimiento, requiriendo cambios en los centros de datos para manejar nuevos procesos y cargas de trabajo específicas, además de mayor capacidad de memoria. Sin embargo, la mayoría de las empresas no están preparadas para desplegar entornos de IA de gran escala, y la oferta de GPU no ha podido mantenerse al ritmo de la demanda, lo que podría limitar el crecimiento a corto plazo.
Los centros de datos en España no solo están creciendo en número, también lo están haciendo en potencia y tamaño. Un tercio de ellos tiene menos de 1 MW, otro tercio tiene entre 1 y 5 MW, y el resto se divide entre rangos de potencia más altos. La superficie técnica de estos centros varía enormemente, desde cien metros cuadrados hasta 300.000 para los de mayor tamaño.
