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El bienestar en el puesto de trabajo se alza entre las prioridades empresariales

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El puesto de trabajo supone un espacio en el que, al menos, pasamos 8 horas al día. Por ello, se presupone que es un lugar cómodo, saludable y preparado para las tareas diarias. Sin embargo, esta ergonomía todavía es un reto para muchas empresas.

El bienestar en el puesto de trabajo se ha convertido en una prioridad para las empresas. Una demanda en alza donde la tecnología se convierte en un aliado para crear espacios ergonómicos tanto de trabajo como de descanso o convivencia.

En la era del trabajo híbrido, las oficinas ya nunca volverán a ser lo que fueron. Los trabajadores reclaman modelos donde la colaboración se potencie, pero a la vez se cuide de su salud tanto física como mental.

De 8 a 13 horas en el puesto de trabajo

Según el último estudio del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), los españoles estamos sentados entre 8 y 13 horas al día, de las cuales la mayoría las pasamos en nuestro puesto de trabajo frente a dispositivos digitales. Un periodo más que prolongado como para darle la importancia que se merece.

Por eso, para evitar lesiones y molestias que provoquen la incapacidad de trabajar de sus empleados, las empresas tenderán a usar muebles y dispositivos que mejoren tanto la salud como el rendimiento laboral.

La tecnología que potencia la ergonomía es clave en una estrategia de bienestar laboral. Y es que no son pocos los beneficios que puede aportar. Estos son los más destacados:

  • Fomenta la productividad y eficiencia de los trabajadores
  • Previene la aparición de lesiones así como de otros riesgos laborales
  • Mejora el rendimiento laboral
  • Reduce del absentismo laboral

Además, nutrir los espacios de trabajo de tecnología ergonómica supone una oportunidad de mejorar la motivación de los equipos de trabajo y una manera más de acentuar la cohesión con la organización y el trabajo.

En este sentido, la tecnología ergonómica viene a ser la respuesta a las necesidades de los trabajadores. Ya sea una pantalla con capacidad para ajustarse a las condiciones cambiantes de luz o posición, o los equipos preparados para una movilidad sencilla. Tampoco nos olvidamos de las salas de reuniones o descanso que pueden precisar de pantallas flexibles, según el tipo de público o momento.

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