Si hay una industria que no cesa de crecer a buen ritmo, esa es la del comercio electrónico. Sus datos a nivel global evidencian un negocio que sigue en alza y que en los últimos 5 años ha aumentado un 108%. Las previsiones para este año es que el negocio crezca un 15,6%.
El pasado 2023 el comercio electrónico global supuso un negocio de 3.150 billones (millones de millones) de dólares. Pese a los ajustes por la inflación y las situaciones macroeconómicas, 300 millones de personas realizado alguna compra on-line, en la vía comercial que sigue ganando peso.
En España, la situación parece que no fue tan positiva. Los datos de Context nos revelaron una caída de las ventas de los e-tailers tecnológicos de un 7,8% en todo 2023, que se animaron ligeramente con la campaña navideña. Sin embargo, no fue suficiente para acabar en positivo en el área de la electrónica de consumo, un área especialmente tocada durante el año.
Comercio electrónico: cada vez más maduro y completo
Aún así, el comercio electrónico vive una época dorada a nivel mundial. La madurez digital de los consumidores junto con la propia maduración del sector está motivando un comercio electrónico cada vez más competitivo y enriquecido.
La cifra prevista de ingresos, que no para de crecer, podría alcanzar los 3.640 billones (millones de millones) de dólares, un 15,6% más que el año anterior, según previsiones de Statista. De este volumen se calcula que 922.500 millones de dólares se generarían en el entorno de la electrónica, el nicho más grande y con mejor rendimiento en la venta on-line. Por detrás, la moda con 760.000 millones de dólares previstos en ingresos.
922.500 millones de dólares generará la venta on-line de electrónica en 2024
Se calcula que unos 340 millones de personas a nivel mundial podrían comprar on-line durante este 2024, el 42% de la población mundial. Unos compradores que cada vez exigen más a las tiendas on-line; más información y facilidades de uso antes de comprar, una gestión logística eficiente y más servicios de atención al cliente en la postventa. En definitiva, una experiencia mejorada que les permita aprovechar las ventajas del comercio electrónico, reduciendo al máximo las diferencias que pueden darse frente a lo físico.
En este punto, la omnicanalidad también adquiere una mayor importancia. Los consumidores quieren una experiencia similar en cualquier canal y buscan enriquecer sus compras acudieron a la tienda física u on-line, según sus necesidades. Ahí, la tecnología se convierte en una aliada perfecta para ofrecer esta experiencia inmersiva e ininterrumpida.
