Todo el mundo habla de la Inteligencia Artificial (IA). Sin embargo, es complicado encontrar casos de implementación que nos muestren los derroteros por los que puede andar esta tecnología.
Estamos en el inicio de una ola que todos los analistas coinciden que será la gran revolución de los años venideros. Un tsunami en el que muchas empresas no saben cómo van a entrar, pero saben qué estarán.
Mientras las empresas observan la IA con una mirada estratégica, los partners TI se van posicionando. Pese a las diferencias entre unos y otros, el denominado común es la falta de experiencias y la incertidumbre ante una revolución que está por llegar, pero no sabemos hasta qué punto nos cambiara.
Si nos fijamos en los estudios que se han hecho hasta el momento, vemos este reflejo. Una encuesta de Accenture revela que 2 de cada 3 empresas desconoce la tecnología y su reto es encontrar a talento que le permita liderar el procesos. 3 de cada 4 organizaciones no tiene una estrategia comprensiva que le permita avanzar. Y en ese punto estamos.
Lo que está en la encima de la mesa son las cifras grandilocuentes de la Inteligencia Artificial. Hablamos de una tecnología que crecerá a un ritmo del 36% interanual hasta 2027 cuando podría alcanzar 407.000 millones de dólares. En 2023 la cifra de negocio se quedó en torno a los 105.000 millones de dólares.
Adopción de la IA: ¿obligación o convicción?
Sabemos que la Inteligencia Artificial puede ser beneficiosa para la automatización de tareas repetitivas, en la mejora de la eficiencia de muchos procesos o a la hora de mejorar la experiencia de usuario. Sin embargo, detrás de estas ventajas, el gran reto es implementarlo en el día a día de las organización y encontrar la forma adecuada de hacerlo.
La tesitura de no encontrar un lugar dentro del mundo IA también la vemos en el canal. Partners TI que atienden a la ola y buscan la manera de adoptar esta tecnología que, tal como se anuncia, traerá infinidad de oportunidades.
Los partners TI, además, están viendo como los fabricantes lanzan soluciones que incorporan Inteligencia Artificial, en muchos casos, más como marketing que como realidad. Un impulso para querer adoptarla más por obligación que por convicción.
Los grandes partners TI ya es están moviendo
En este contexto, los grandes partners TI ya se están moviendo, para impulsar la adopción de la IA y provocar un movimiento de arriba a abajo. En los últimos meses hemos visto, por ejemplo, como Capgemini se aliaba con AWS para co-crear y diseñar desde pilotos individuales y pruebas de concepto que se pasen a producción a gran escala.
Otros partners TI están apostando por el desarrollo de soluciones en verticales concretos. Es el caso de Seidor que junto a la tecnología de Microsoft, referente en IA y gestión de datos, pudo mejorar la digitalización del Ayuntamiento de Lleida. Un caso de éxito donde la IA es una de las protagonistas y que se pueden replicar, con su correspondiente personalización, a otros segmentos como la construcción, la agricultura o la sanidad, entre otros.
Pero queda mucho por andar y se está andando. Iniciativas como la del Instituto Universitario Valenciano de Investigación en Inteligencia Artificial (VRAIN) de la UPV lo demuestran. Este centro está desarrollando herramientas y métodos que capacitarán a las personas en habilidades o servicios necesarios para una colaboración fructífera con sistemas inteligentes, como coches autónomos, fábricas o smarthomes, e incluso definir los trabajos del futuro de manera formal.
Y es que elevar el conocimiento del potencial de la IA es el primer paso para adoptar esta tecnología por convicción, y modificar este estadio de obligación en el que nos encontramos. Un proceso que nos llevará años, pero que nos adentrará en una nueva fase en la que los partners TI medianos y pequeños también.