Tras la reciente aprobación de la Ley IA en la UE, pionera en el mundo, las pymes comienzan a tener un marco normativo específico al que ajustarse y en el que se recogen aspectos clave sobre usos y protección frente a la IA. La configuración de la nueva legislación no solo aportará seguridad a las empresas, sino también un marco de actuación efectivo frente a posibles retos futuros que les hagan alcanzar elevados niveles de productividad.
El reciente estudio “Pymes: pequeños negocios, grandes oportunidades”, elaborado por la consultora The Cocktail, recoge las claves de la irrupción de la IA en el tejido empresarial español, así como los riesgos que conlleva para los líderes de las diferentes entidades, independientemente de su sector económico.
Llama la atención que el 48% de las pymes consultadas ve en la IA una oportunidad para potenciar su crecimiento, por lo que se contrarresta la ideología inicial de que se trata de una amenaza clara para el empleo. No obstante, al margen de ser vista como una mera oportunidad empresarial, la IA es analizada a su vez como una vía de progreso para la sociedad en general.
Las empresas siguen confiando en las nuevas tecnologías, como la IA, con una actitud plenamente positiva y apostando por una resiliencia significativa
Andrea García, Directora de proyectos de The Cocktail, asegura que existen numerosos desafíos para las pymes, pese a la elevada inflación. Las empresas siguen confiando en las nuevas tecnologías, como la IA, con una actitud plenamente positiva y apostando por una resiliencia significativa como forma de progreso para el tejido empresarial. Además, apunta García, todo pasa por seguir una gran capacidad de adaptación.
La nueva Ley IA se espera que entre en vigor en 2026. Aludirá a factores clave relativos a la vigilancia en tiempo real (con sistemas biométricos), sistemas prohibidos y la IA Generativa, entre otros. En caso de incumplimiento, las pymes se enfrentarán a multas que van desde los 35 millones de euros o el 7% del volumen global del negocio, hasta los 7,5 millones de euros o el 1,5% del volumen global del negocio.
Del estudio puede extraerse que los jóvenes profesionales muestran un mayor optimismo con respecto a las ventajas y oportunidades que brinda la IA. Son más conscientes de la idea de que la tecnología es un aliado que ayudará al progreso de la sociedad, y en concreto, de sus actividades económicas. Por su parte, la población de mayor edad la ve como una amenaza que, lejos de servir como apoyo, podría llegar a reemplazarlos en determinadas tareas.
Los jóvenes profesionales muestran un mayor optimismo respecto a la IA
Así pues, el 61% de las personas entre 25 y 44 años percibe el desarrollo de la IA como una oportunidad, mientras que la población comprendida entre los 44 y los 65 años confía en la IA en el 42%. La explicación a esta conclusión reside en que las nuevas generaciones se han formado y crecido en un entorno completamente tecnológico y que ven la IA como una forma más de progreso.
Del estudio de The Cocktail puede extraerse que, en comparación con otros países como Reino Unido y EEUU, España presenta un grado de adopción más bajo con respecto a las nuevas tecnologías. Así pues, solo el 57% de las pymes aboga por la incorporación de los servicios en la nube y el 49% por la presencia del 5G.
Si hablamos de la IA y el Machine Learning, este porcentaje se reduce hasta el 20%. No obstante, las previsiones vaticinan que la inversión en IA en Europa se duplicará hasta los 21.000 millones de dólares en 2023, superando los 12.000 millones del año 2022 (según datos de IDC).
España lidera el ranking de países más recelosos con respecto a la IA y las nuevas tecnologías como consecuencia de su temor por la ciberseguridad y la vulnerabilidad de sus informaciones más sensibles. Pese a todo, conforme hablamos de pymes de mayor envergadura, éstas ganan una mayor confianza en la IA y en el resto de nuevas tecnologías.
España lidera el ranking de países más recelosos con respecto a la IA y las nuevas tecnologías
El 62% de las pymes encuestadas asegura que la IA implica un incremento de los niveles de amenaza cibernética, cesando el 57% de éstas su actividad como consecuencia de ciberataques. Se ven obligadas a solicitar un rescate o pierde, de manera notable, la confianza de sus clientes.
Es por ello que las empresas proveedoras de soluciones digitales tienen por delante un difícil reto de concienciación antes de implantar definitivamente la IA. Todo pasa por demostrar y detallar rigurosamente los niveles de seguridad que aportan sus productos a las pymes, con el objeto de que se sintiesen plenamente respaldadas y que su productividad no se verá mermada en ningún momento.