A día de hoy es difícil pensar en un mundo sin pantallas en el sector sanitario. Las consultas, equipos de diagnóstico o habitaciones de hospitales se han llenado de esta tecnología que aporta numerosos beneficios para potenciar el diagnóstico, tratamiento y la atención.
Son infinitas las situaciones donde una pantalla en el sector sanitario puede aportar mejoras. La tecnología visual hace que un cirujano pueda operar con mayor precisión, que se pueda gestionar con mayor eficiencia un departamento de enfermería, que un gabinete de crisis pueda tomar la decisión más adecuada, que un equipo de Rayos X vea con precisión los resultados o un paciente pueda entretenerse mientras está convaleciente y permita una recuperación más temprana. Son solo algunos ejemplos que hablan de los beneficios de una tecnología al servicio de la sanidad.
En nuestro documento «El poder de la imagen en el sector sanitario» queremos poner en valor precisamente a las pantallas o monitores de grado médico. Un entorno que convive con los profesionales sanitario para aportar más eficiencia, productividad y mejores resultados en su día a días, aspectos vitales para conseguir la sanidad que todo queremos.
Las mejoras en la precisión de las imágenes promueven un mejor diagnóstico de enfermedades, lo que posibilita posteriormente un mejor tratamiento de las enfermedades detectadas. A su vez, la tecnología visual permite hacer intervenciones con más probabilidades de éxito, dado el mayor nivel de calidad de las imágenes.
Como herramienta para mejorar el diagnóstico, tratamiento y atención al paciente, la innovación detrás de las pantallas en el sector sanitario ha avanzado sin descanso para ofrecer mejores resoluciones y calidad de visualización, más funcionales y una mayor ergonomía.
El resultado lo podemos ver en el portfolio de LG Business Solutions que integra innovación, calidad y especialización que también repasamos en este documento.
Sanidad y tecnología, pilares en nuestras vidas
Nadie pone en duda lo importante que es la salud para las personas. Es más todos buscamos que este aspecto esté cubierto en nosotros mismos, familiares y amigos, y cuando falla, se tambalea un ámbito crítico. Es por ello que invertir en sanidad es hacerlo en nosotros mismos.
En los últimos años la inversión sanitaria ha tenido mucho que ver la tecnología. Equipos, sistemas y aplicaciones que han ido mejorando la administración y proponiendo nuevas formas de afrontar los retos intrínsecos al sector. La telemedicina o la mejora en la gestión de pacientes son algunos de los resultados de esta estrategia de digitalización.
La Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN) establecía que en 2022 el sector ingresó un 7% hasta alcanzar los 10.150 millones de euros. Además, un informe de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio) de 2022 aseguraba que la tecnología sanitaria era uno de los pocos segmentos que aumentaron su crecimiento en cuanto a producción. En concreto, las biotech lo hicieron en un 7,8%. Es un sector que durante y después de la pandemia siguió creciendo y captando financiación. Además, situaban a España en las primeras posiciones europeas respecto a centros neurálgicos sanitarios.
Pero no hemos visto nada más que la punta del iceberg. La sanidad necesita seguir apoyándose en la tecnología para resolver muchos desafíos. La automatización de los flujos de trabajo, la mejora de la experiencia del cliente, una mayor protección de los datos privados de los pacientes y la optimización del trabajo de los profesionales de la salud son solo algunas de las áreas donde trabajar. Y ahí la tecnología visual tiene mucho que decir.
Por todo ello te invitamos a conocer un poco más de cerca cómo las pantallas pueden mejorar el diagnóstico, tratamiento y atención al paciente. Entender qué supone introducir tecnología visual en los entornos sanitarios y por qué pueden suponer un antes y un después.
