Las ventas de SSD cayeron un 10,7% interanual en 2022, según los datos de TrendForce. Al tiempo, Samsung ha puesto en marcha un programa de reducción de producción de memorias para evitar el exceso de oferta de DRAM y NAND que se había acumulado, lo que repercutirá en un aumento de precios
Las unidades de estado sólido (SSD) son un buen termómetro para medir el estado del mercado de ordenadores personales. No solo ocupan prácticamente el 100% de todas las computadoras OEM, sino que también son clave en las actualizaciones de equipos que llevan a cabo los propios usuarios como reemplazo de los discos duros para cubrir el apartado del almacenamiento.
Teniendo en cuenta la situación del mercado tecnológico, con caída de ventas en todos los segmentos, TrendForce valora positivamente las 114 millones de unidades SSD entregadas el pasado año, a pesar de la caída interanual. La compañía ha listado la cuota de mercado por fabricantes, si bien conviene explicar que se trata de productores independientes que no incluye a los gigantes del sector como Samsung, WD o Kioxia.
En una información relacionada, que terminará teniendo incidencia en las ventas finales de SSD o memorias RAM, hay que decir que Samsung está llevando a término un programa de reducción de producción de memorias para evitar el exceso de oferta de DRAM y NAND que se había acumulado los últimos años.
El coste de las memorias, el componente principal de las unidades de estado sólido o de la RAM, ha venido cayendo los últimos años y a pesar del aumento general de costes en el mercado tecnológico de este año, comprar una SSD o módulos de memoria ha sido bastante económico para integradores y para el cliente final.
Pero la tendencia está cambiando. Los precios mayoristas de sus chips NAND han subido entre un 10% y un 20% este trimestre y la industria cree que subirá más en 2024. Trendforce cree que Samsung seguirá aumentando el precio mayorista en un 20% por trimestre durante al menos otros dos trimestres, lo que significa que los proveedores podrían pagar hasta un 44% más para mediados de 2024. Ser el mayor productor de memorias ya tiene incidencia directa, pero, además, es probable que el resto de fabricantes sigan su ejemplo. Algunos de ellos ya redujeron la producción a mediados de año y están aumentando los precios mayoristas.
La subida de las memorias informáticas, lógica ante la caída de precios, puede repercutir en el aumento de costes de una buena parte de equipos que los usan y complicar la esperada recuperación de ventas de PCs en 2024. La industria tecnológica no es ajena a la inflación desbocada que sufre el mundo y, además, todavía tiene que solventar los problemas de inventario surgidos durante la pandemia.