A un ritmo más que considerable, España sigue ganando atractivo como polo de inversión en centros de datos. Un territorio que tanto por su punto geográfico estratégico como por el impulso de las figuras del sector está cobijando un negocio que nutre tendencias tan en boga como el cloud, la analítica o la propia IA.
Hace tiempo que hablamos de España como el hub digital de Europa y no es para menos. España se ha posicionado en 2022 como destino clave para la inversión en centros de datos y su tendencia es de crecimiento notable para los próximos años. Solo en Madrid y Cataluña se espera una inversión de 19.840 millones de euros hasta 2026, según datos de la patronal Spain DC.
Además de por la consolidación de las redes de cables submarinos, España también es referente en el uso de energías renovables, que ya alcanza el 40% de la generación eléctrica total.
El mundo, cada vez más digitalizado, requiere de la infraestructura de los centros de datos y parece que España es un lugar privilegiado para su disposición y desarrollo.
En el caso concreto de Madrid, Spain DC estima que la inversión en centros de datos en la comunidad crecerá un 317% hasta los 16.320 millones de euros en 2026. De esta cuantía, 6.120 millones serán de inversión directa y 10.200 de inversión indirecta, tendrá un impacto estimado en el PIB de la región de 11.527 millones de euros.
En el caso de la potencia, su subida podría ser del 42%. Esta tasa de incremento de potencia es muy superior a la media de las grandes ciudades europeas en este mercado (Frankfurt, Londres, Ámsterdam y París), situada en un 17%.
Y los primeros pasos ya se han visto por parte de las hiperescaladores que ya cuentan con más de 30 instalaciones reales. La potencia instalada en España también acompaña, con un 113 MW total y un 147MW instalados en la capital.
Madrid, Barcelona o Aragón, principales polos del centro de datos en España
Microsoft u Oracle han estrenado sus regiones cloud en España con centros de datos en la capital. Microsoft, por ejemplo, está desplegando 3 centros de datos en la comunidad madrileña, además de un programa de formación y certificaciones para 10.000 personas. Por su parte, Oracle ya tiene desplegada, de la mano de Telefónica, la primera nube soberana real que llega a Europa y dará cobertura a 27 países europeos.
Aunque en gran foco de inversión en España está en Madrid no es la única comunidad atractiva para los centros de datos. En Cataluña, la misma patronal del sector apunta a un negocio de 3.520 millones de euros hasta 2026. De esta inversión, 1.320 millones serán de inversión directa y 2.200 de inversión indirecta, y tendrá un impacto estimado en el PIB de la región de 11.404 millones de euros.
De hecho, Barcelona se está consolidando como punto estratégico para las conexiones de fibra óptica de alta capacidad en la península, posicionándose como un puerto digital de referencia en el Mediterráneo. A ello, se unen iniciativas que están siendo desarrolladas en la ciudad, como Conectividad Inteligente, de MW Capital, o 5G Barcelona, que están ayudando a afianzar a la ciudad como hub 5G del sur de Europa, con crecimientos anuales del tráfico de datos y ancho de banda internacional de internet superiores al 35%.
En el caso de Amazon Web Services, el gigante se desembarca su región cloud europea en España, pero en Aragón. Allí invertirá 2.500 millones de euros en los próximos 10 años junto con partners como Accenture, Claranet, Evolution, IBM, Seidor o Telefónica Tech.
Y es el buen ritmo del cloud, que en el caso del público ha experimentado un crecimiento del 64% desde 2019 a 2022, y las previsiones de crecimiento en torno de los centros de datos hace que las oportunidades surjan por doquier.
El calor de las inversiones en centros de datos traerán muchas nuevas oportunidades. Ya sea para los propios proveedores de tecnologías dentro de los centros de datos, para aquellos que suministran los servicios desarrollados dentro de estos espacios o para el canal que paquetiza la oferta o construye sus propios micro-centro de datos para los clientes, todos tienen un futuro prometedor.