La concienciación sobre ciberseguridad cada día es mayor. Las empresas, ya sea porque han sido atacadas o porque pronto lo serán, buscan soluciones de ciberseguridad que les permitan proteger sus activos digitales. Sin embargo, estas herramientas no siempre dan el resultado adecuado y motivan grandes pérdidas económicas o, en el peor de los casos, les llevan igualmente a cierre del negocio.
En muchas organizaciones, especialmente aquellas que carecen de una amplia experiencia en ciberseguridad, tomar la decisión correcta puede resultar abrumador y llevar a una toma de decisiones incierta.
Sin embargo, España es uno de los países europeos más atacados y por tanto, en el que las empresas tienen más riesgo de ser ciberatacadas. Ransomware, phishing o malware son conceptos que muchas han vivido en su piel y que ha afectado a la continuidad, reputación y el propio negocio.
Es por ello que las soluciones de ciberseguridad por si solas pueden no ser suficiente. Contar con una buena estrategia de ciberseguridad, apoyada en un partner especializado, es indispensable para organizaciones de cualquier tamaño, índole y sector.
Así, el reto de los partners o MSP es conseguir que la solución de ciberseguridad sea la adecuada y esto sea solo el primer paso para establecer una planteamiento que proteja a toda la organización. Veamos algunos puntos clave.
Uno de los desafíos a los que a menudo se enfrentan las organizaciones al comprar herramientas de ciberseguridad es la falta de claridad interna sobre sus propias necesidades organizativas.
Así, el primer paso es entender cómo es la fisionomía de la empresa y qué necesitas tiene; si trabaja en un entorno híbrido, cómo se gestiona la información dentro de la organización, quién tiene acceso a qué. A partir de ahí será más sencilla establecer qué opción es la adecuada.
Una vez que encontramos las necesidades de una organización, otro problema que nos podemos encontrar es la sobreventa. Añadir servicios y servicios que realmente no aportan valor, pero que finalmente encarecen la cuenta del cliente y puede llevarnos a un descontento.
Es por ello que debemos apostar por personalizar la solución al cliente lo máximo posible para ofrecer el máximo beneficio al coste justo. Un aspecto que cualquier cliente agradecerá y nos ayudará a su fidelización. Con ello, contribuiremos a mejorar la ciberresiliencia y la postura de seguridad.
Si se toma una decisión equivocada o se selecciona una solución de ciberseguridad, es posible que se queden atrapados en un contrato de un año (o más) con una herramienta que no cumpla con lo prometido. Este peor escenario no es una hipótesis. Según un Informe de Bitdefender, el 54% de los encuestados afirmó que compraron una herramienta de ciberseguridad que no cumplió con las expectativas de su publicidad solo este año.
La efectividad de una herramienta no depende solo de sus capacidades individuales, sino también de cómo se utiliza dentro del contexto de la organización. Es por ello que plantear una solución de ciberseguridad también debe ir acompañada de una estrategia que implique a toda la empresa. Tener un departamento u organización movilizados hará que se aproveche al máximo la tecnología.
Algunas herramientas de ciberseguridad pueden ofrecer resultados sobresalientes, pero requieren un conjunto de habilidades específicas o un equipo lo suficientemente grande para operarlas de manera efectiva. Así, invertir además en formación y servicios de acompañamiento será vital para el éxito de esa solución de ciberseguridad.