La Unión Europea se ha mostrado tajante respecto a la situación del marco financiero plurianual. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció sin tapujos que los presupuestos de la Unión Europea que cubre el periodo comprendido entre 2021 y 2027 no está atravesando un buen momento. Con estas declaraciones, la presidenta reabre el tema presupuestario europeo.
La Unión Europea baraja como prioritarias las ayudas a Ucrania, pero también otros asuntos centran el interés, la inflación, la subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo o la tan necesaria inversión en tecnologías. Con estas cartas sobre la mesa, Bruselas pide más dinero, recursos y nuevos compromisos por parte de todos los estados miembros.
Von der Leyen ha propuesto crear una reserva financiera de 50.000 millones de euros entre 2024 y 2027.
En consecuencia, Ursula von der Leyen ha propuesto crear una reserva financiera de 50.000 millones de euros para el periodo que oscila entre 2024 y 2027 en forma de préstamos y subvenciones.
El martes Bruselas fue clara en su petición, hay que invertir en tecnologías, entre las que se incluyen las energías renovables. Desde la Unión Europea se sostiene que además del apoyo a Ucrania en la invasión rusa y del pago de intereses de la deuda, se debe incluir en el presupuesto otros destinos.
Tal es así que desde la Comisión se habla de destinar a migración y políticas de vecindad unos 15.000 millones de euros, con el que asegurar la política de asilo e inmigración para reforzar la gestión de la frontera exterior, y de las inversiones en sectores estratégicos claves son necesarias.
Se ha solicitado a los gobiernos de la UE que aporten 10.000 millones de euros adicionales.
De esta manera, la presidenta de la Comisión solicitó a los gobiernos que conforman la Unión Europea que aporten 10.000 millones de euros adicionales para 2024-2027. El objetivo es impulsar un total de 160.000 millones de euros de inversión en tecnologías clave. La presidenta Von der Leyen en sus declaraciones ha mantenido que es crucial tener la ventaja tecnológica para el día de mañana.
La petición europea llega en el momento en el que se encuentran revisando los presupuestos a largo plazo, que van de 2021 a 2027, y que ascienden a cerca del 1% del PIB de la Unión Europea y sufraga diversas políticas europeas conjuntas. Una revisión que es fundamental para tener en cuenta en los presupuestos los efectos de la pandemia mundial del Covid-19, la crisis energética, la inflación y la subida de los tipos de interés.
La presidenta de la Unión Europea declaró abiertamente, en su solicitud económica, que el futuro de las industrias estratégicas debe hacerse en Europa, aludiendo a la gran competencia surgida entre Europa, EE.UU y China por las últimas tecnologías limpias para producir energía.
En alusión a todo esto, el nuevo plan que se llevará a cabo recibirá el nombre de Plataforma de Tecnologías Estratégicas para Europa (STEP), con el cual se ayudará a desarrollar en la Unión Europea áreas como la microelectrónica, la informática cuántica, las energías renovables y el almacenamiento de electricidad, entre otras.
En sus declaraciones, la presidenta de la Comisión Europea anunció que han identificado tres sectores prioritarios. Sectores que se incluirán en el nuevo plan de Tecnologías Estratégicas. Estos sectores anunciados son la biotecnología, el deeptech, que incluye la digitalización y tecnologías tales como la inteligencia artificial, y la tecnología limpia.
Los sectores prioritarios son: biotecnología, deeptech -que incluye la digitalización y la inteligencia artificial-, y la tecnología limpia.
Ursula von der Leyen afirmó que con la financiación ya existente y los 10.000 millones de euros adicionales que aportarán, se lograría alcanzar la solvente cifra de los 160.000 millones de euros en inversiones para los próximos años. La presidente igualmente sumó, que la aportación se multiplicaría cuantiosamente gracias a la atracción del capital privado.
Con todo lo planteado, y dado el aumento de los costes de financiación y del presupuesto, los gobiernos de los países miembros de la Unión Europea deberán aportar un total de 66.000 millones de euros.
El trabajo de Bruselas se centra ahora en convencer a los gobiernos, que en un principio no se muestran con buen talante a la hora de aumentar sus contribuciones, tal y como se extrae de las declaraciones de la semana pasada de la ministra de Finanzas de Países Bajos, Sigrid Kaag:
“Cuando se trata de gastos regulares como el aumento imprevisto de los tipos de interés” esperan que desde la Comisión Europea se “haga los ajustes que se requieren dentro del presupuesto”.