Europa ha experimentado en este principio de año una reducción considerable en cuanto a los gastos derivados de las nuevas tecnologías y comerciales, que contrarresta con el clima global de incremento. En este sentido, los gastos que aluden a las tecnologías de la información (TI) y a los de Business Process Outsourcing (BPO) se han visto considerablemente reducidos.
Pero la reducción de costes no queda aquí y es que a la vez que se producía la caída interanual en los gastos totales de estos servicios, TI y BPO, también se redujo el gasto en servicios en la nube en la región EMEA (Europa, Oriento Próximo y África).
La reducción de gastos dentro de la EMEA
Como venimos hablando, el inicio de año ha sido turbulento a niveles económicos por parte de las organizaciones europeas, las cuales han ahorrado en gastos derivados de los servicios en la nube, en tecnologías de la información y en la subcontratación de procesos comerciales.
El ISG ha informado sobre los recortes experimentados en la EMEA en servicios BPO, TI y servicios en la nube. En este sentido, expone que la EMEA ha disminuido sus gastos totales en el primer trimestre de 2023 en los contratos de servicios BPO y TI. De esta manera, la inversión ha sido de un 5% menos respecto al pasado año 2022, lo que suponen 7.400 millones de dólares.
En Europa, Oriente Medio y África se ha experimentado una caída del 6% en gastos en la nube
Menos inversión en los servicios de la nube
En cuanto los gastos que se derivan de los servicios en la nube, el ISG añade que las regiones de Europa, Oriente Medio y África han experimentado una caída situada en el 6% en sus gastos destinados al servicio en la nube. En cifras, la inversión ha sido de 3.700 millones de dólares.
Dentro de los servicios que ofrece la nube, podemos determinar a partir del informe ofrecido por el ISG que, la infraestructura como servicio (laaS), que hacen referencia al servicio de informática en la nube que ofrece recursos esenciales de proceso, almacenamiento y redes, registró una caída del 10% en el gasto, suponiendo una inversión de 2.700 millones de dólares. Sin embargo, las empresas sí que destinaron un 6% más de sus gastos en el software como servicio (SaaS), aumentando de este modo en algo más de 1.000 millones de dólares.
La evolución del mercado
Los contratos de externalización de las tecnologías de la información también se vieron reducidos en estos primeros meses del año en comparación con el mismo periodo del pasado año. De esta manera, el total que se ha gastado en TI es de 3.700 millones de dólares, y aunque bien es cierto que fue superior al trimestre anterior, en comparación con el 2022 ha supuesto un descenso del 4%.
Analizando el panorama europeo, observamos como el Reino Unido es el país que más invierte en este sentido. Aunque las empresas británicas redujeron la inversión respecto al último trimestre del 2022 en un 2% y en un 36% sobre el último trimestre del 2023, destinaron 1.200 millones en servicios de tecnologías de la información y en BPO en los primeros meses del año.
La región del DACH, conformada por Alemania, Austria y Suiza, gastó en los servicios BPO y de tecnología de la información un 21% menos que el año pasado, en total una inversión que se estima en 730 millones de dólares. La región del sur europeo, que incluye a Francia, Oriente Medio y África, destinó aproximadamente unos 1.200 millones de dólares a tal fin.
La EMEA redujo durante los primeros tres meses del 2023 sus gastos globales de servicios en la nube en un 13%, registrándose así una inversión de 14.300 millones, mientras que los servicios en tecnología de la información aumentaron un 1% hasta los 9.000 millones de dólares.
El panorama parece incierto, y en este sentido Steve Hall, presidente de ISG, ha hecho una estimación de caída en los contratos en la nube que se extenderá hasta la mitad de año, creyendo que las cifras repuntarán a partir del tercer trimestre. En este sentido, Hall afirmó que:
“El entorno macro sigue siendo incierto, con tasas de interés, inflación y problemas en el sector bancario que superan las preocupaciones de los clientes empresariales”.