La Inteligencia Artificial supone un hito para el desarrollo de soluciones y aplicaciones. Un cambio de paradigma que ya se está dejando sentir en todo tipo de sectores y tecnologías con una inversión que va a más. En Europa, por ejemplo, se espera que la Inteligencia Artificial crezca un 30% hasta 2026, siendo ya un mercado de 33.200 millones de dólares.
Si bien el concepto de Inteligencia Artificial en sí no es nuevo, las nuevas herramientas que han ido apareciendo si que muestran un nuevo paradigma con mucho potencial. La evolución hacia la IA generativa, es decir, aquella Inteligencia Artificial que permite construir algoritmos supervisados totalmente o en parte para crear nuevos activos digitales es ya una realidad.
Sin embargo, en este entorno con tanto potencial debemos ser también conscientes de los riesgos que puede entrañar su aplicación. Tal y como nos explicaba Juan José López Murphy, Head of Data Science and Artificial Intelligence de Globant, estos son los más habituales:
En este punto, también deberíamos añadir los riesgos asociados a la ciberseguridad. «Igual que se pueden utiliza para agilizar procesos o mejorarlos, podemos emplear la IA para el hackeo social. Una práctica que empieza ya a ser común, pero que en los próximos años veremos evolucionar creando serias amenazas», analizaba el responsable de Globant.
Tampoco nos podemos olvidar de los desafíos en cuanto a la protección de la identidad y propiedad intelectual que plantea la Inteligencia Artificial. De hecho, ya se han dado casos en los que ciertas obras no han podido ser registradas por haber sido creadas a partir de Inteligencia Artificial. También hemos visto fotografías, creadas a partir de la IA han inspirado noticias falsas, como la del Papa con abrigo blanco. Un problema que se podría solucionar «dando la responsabilidad última a quien ha generado o desarrollado esa IA», apuntaba el directivo.
La adopción de la Inteligencia Artificial se ha duplicado en los últimos cinco años. El interés generado se ha unido a la generación de nuevas aplicaciones que permiten agilizar procesos, mejorar la experiencia del cliente o adoptar modelos más productivos y de valor.
Si bien algo más del 30% de las empresas españolas está ya utilizando alguna herramienta de Inteligencia Artificial, esto no es sinónimo de que la aplicación sea la correcta ni esté resolviendo los desafíos de la forma más adecuada.
La IA, bien planteada, permite agilizar procesos, mejorar la experiencia del cliente o adoptar modelos más productivos y de valor
La moda de la Inteligencia Artificial no debe cegar a partners y organizaciones que deben mirar más allá de la tendencia. «Debemos tener claro qué objetivos queremos alcanzar y después, valorar cómo podemos usar la IA para conseguirlos», apuntaban desde Globant. Un punto donde los partners deben actuar como consultores para tejer una estrategia bien gestionada y definida.
Y para conseguir aplicar la IA de la forma más óptima es clave conocer tecnología, procesos y por supuesto, estar especializados o colaborar con aquellos que sí lo estén. Con esas patas cubiertas podremos comenzar a trabajar en una tendencia que marcará el futuro de las innovaciones y la transformación digital de las empresas.