En boca de todo está la sostenibilidad. El planeta necesita que urgentemente que lo cuidemos, lo cual se convierte, además de en una responsabilidad, en una oportunidad de negocio para todo aquel inmerso en el sector tecnológico. Y es que vender conceptos verdes es ya una moda. Una tendencia donde evidentemente no vale todo.
Son muchos los proveedores, fabricantes o mayoristas que están apostando por la sostenibilidad. La razón de fondo es clave. La industria tecnológica ha revolucionado nuestro día a día, pero también ha colaborado en la aceleración de los efectos negativos globales.
Se calcula que en el mundo hay más de 3.500 millones de teléfonos inteligentes y más de 22.000 millones de dispositivos conectados a Internet. Cifras que diariamente crecen e impulsan una economía donde el uso de materias primas y los residuos TI crecen también a un gran ritmo. Según la OMS, en el mundo se generan al año cerca de 50 millones de toneladas de basura electrónica.
En los últimos tiempos, la industria TI ha impulsado un entorno de protección medioambiental
A esto se le suman los equipos para los centros de datos además de las emisiones de estos espacios. De hecho, un 2% del consumo eléctrico mundial proviene de estos data centers.
Sin embargo, no todo es negativo dentro de la industria tecnológica. En los últimos tiempos se ha impulsado un entorno de protección medioambiental que busca mitigar todos estos efectos y buscar nuevas soluciones para un mundo más verde. Un camino que acabamos de comenzar a andar y donde el canal de distribución tiene mucho que decir.
A ser verde también se aprende
El cuidado por el medio ambiente es un concepto relativamente nuevo. Hace apenas 10 años que hemos empezado a hablar de sostenibilidad y buscar medidas que realmente sean efectivas.
La sostenibilidad se ha convertido en una preocupación de gran calado en poco tiempo y en un criterio para seleccionar proveedores, y es ahí hemos visto reacciones de todo tipo para amoldarse al mercado. Desde fabricantes que han dedicado a plantar árboles hasta aquellos que han construido una estrategia alrededor de su llegada al mercado. Organizaciones que están muy avanzadas y otras que simplemente abogan por este punto en momentos muy concretos.
Aunque todas las aproximaciones son buenas, no todas tienen la misma repercusión ni validez real
Y es que, aunque todas las aproximaciones son buenas de cara a cuidar el planeta, no todas tienen la misma repercusión ni validez real. Por ello, como partners debemos exigir una responsabilidad real y efectiva a aquellos con los que colaboren. Y por supuesto, actuar en la misma línea.
Además, no podemos evitar pensar en empresas que predican con la bandera de la sostenibilidad, pero a la vez se proveen de materias primas como el coltán que emplea a menores en países como Ruanda o la República Democrática del Congo. Cierto es que no es un tema medioambiental, pero está directamente relacionado con los objetivos ESG.
Es por ello que al pensar en empresas o partners que prediquen con la sostenibilidad, debemos ampliar la mirada. Mirar un poco más allá y entender que realmente ser sostenible no es sencillo ni solo supone solo reciclar o ser más eficientes energéticamente. Debe afectar a toda la cadena de suministro y buscar ir a más.
La sostenibilidad debe ser una oportunidad para construir una organización mejor. Y a ello se aprende en comunidad, buscando soluciones, propuestas y estrategias que impulsen un mundo más verde y mejor.
De las emisiones cero al «true zero»
Pensar en sostenibilidad también supone ser realista. Muchas empresas apuntan a las emisiones cero como parte de su plan verde para los próximos años. Un reto que, por ejemplo, en el caso de Amazon, una de las referencias más avanzadas, se espera conseguir en 2040.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte se habla también del «true zero», una política en la que se visibiliza las emisiones de carbono en tiempo real para poder tomar medidas más óptimas. Y ahí la tecnología es una gran aliada que permite tomar el pulso rápidamente y poder cambiar el rumbo de cada acción.
