2023 volverá a ser un año clave para la ciberseguridad. El creciente marco de amenazas unido a la evolución en los modelos de trabajo suscita un clima donde protegerse es una obligación para cualquier organización. Y eso se deja notar en las cifras de negocio.
Son muchos los frentes que están promoviendo el impulso de la ciberseguridad. Una subida que desde IDC estiman que para este año se situará en un 10,3% más de negocio europeo. Un crecimiento a doble dígito que se mantendrá hasta 2026 cuando el segmento ingresará 71.000 millones de dólares.
Los verticales de banca, industria y gobierno se llevarán algo más de la mitad de la inversión en ciberseguridad en Europa durante este año. Concretamente, se espera que el 52,4% de la inversión provenga de estos nichos que están potenciando su transformación digital de forma acelerada y por tanto, necesita securizar todos estos procesos de digitalización.
Son numerosos los informes que nos hablan del complejo y creciente clima de ciberamenazas en el que estamos inmersos. Uno de los más recientes de Watchguard nos alerta de las tendencias: un ransonware y phishing persistentes con una evolución a la baja de malware que entra a través de la red.
A nivel más general, las ciberamenazas se incrementaron un 27% en 2022, lo que ha llevado a un aumento del 15% de los costes que suponen estas brechas de seguridad en los últimos cuatro años.
En detalle, el Informe de Seguridad en Internet describe que el malware detectado en la red descendió un 9,2%, el ransomware en endpoints aumentó un 627%, y el malware asociado a campañas de phishing continuó siendo una amenaza persistente.
Los servicios liderarán el negocio de ciberseguridad
A pesar del descenso general del malware, los investigadores han analizado los Fireboxes que descifran el tráfico HTTPS (TLS/SSL) y han detectado una mayor incidencia de malware, lo que indica que la actividad del malware se ha desplazado al tráfico cifrado. De hecho, el malware de día cero o evasivo se ha reducido al 43% en el tráfico no cifrado.
Ante este contexto y los últimos incidentes que se van conociendo, es lógico que las empresas cada vez están más preocupadas por este tema. Un estudio de Cisco evidenciaba esta realidad y asegura que el 83% de los responsables de ciberseguridad esperan un incidente grave en los próximos 12 a 24 meses. Una situación que les obliga a tomar medidas y buscar proveedores y soluciones que le ayuden con los retos, ya que dentro de sus organizaciones es complicado encontrar expertos en la materia.
Justamente los nuevos modelos de ciberseguridad vienen ayudar a las empresas a hacer frente a todos esos retos. Estas fórmulas permiten flexibilidad y acompañamiento que los partners pueden ofrecer en el formato que mejor se adapte a cada compañía. Una forma de proteger los negocios, pero a la vez fidelizar y convertirse en un compañero clave para los clientes finales.
Tan importante son los servicios de protección que serán los que guían el negocio de ciberseguridad europeo, según las previsiones de IDC. La consultora apunta además que el software asociado a soluciones de ciberseguridad elevarán su demanda un 11%, siendo el crecimiento más importante en 2023.
Es por ello que convertirse en un proveedor de servicios de seguridad gestionada (MSSP) es una oportunidad de negocio clara. Una forma de acercarse a nuevos negocios y afianzar aquellos con los que ya se trabaja en una rama en creciente demanda. Una tendencia en alza que requiere, nuevamente, especialización y trabajo por parte de los partners, pero una vez alcanzado el nivel óptimo será una ventana de negocio de futuro. ¿Estás en ello?