Como actores sociales, todos tenemos una responsabilidad a la hora de construir un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Cada vez hay más administraciones públicas y empresas que se marcan unos objetivos ambiciosos para reducir las emisiones, por lo que no hay la menor duda de cuál es la dirección que hay que seguir. Además, quienes estamos en el sector tecnológico somos cada vez más conscientes del impacto medioambiental de la tecnología. Es fundamental construir una infraestructura sostenible para mitigar el calentamiento global y los impactos inminentes del cambio climático.
El canal de distribución desempeña un papel fundamental a la hora de ayudar a los clientes a alcanzar sus objetivos medioambientales, reducir su huella de carbono e implementar unas estrategias tecnológicas pragmáticas y sostenibles. Veamos de qué manera puede colocarse al frente a la hora de reducir el consumo de carbono.
Hasta no hace mucho, nuestros socios nos decían que los esfuerzos en materia de sostenibilidad y las estrategias de TIC eran asuntos que no se trataban en una misma conversación. Actualmente, son pocas las organizaciones en las que la reducción de su huella ambiental y el consumo energético no sean cuestiones prioritarias. De hecho, son tan importantes que son temas que cada vez se incluyen más en las solicitudes de propuestas.
A esto hay que añadir la perspectiva normativa: las administraciones están introduciendo nuevas regulaciones y reglamentos de obligado cumplimiento y todas las compañías buscan la manera de reducir sus emisiones y mejorar la sostenibilidad. Los socios del canal
de distribución tienen que promover una tecnología ecológica para competir eficazmente y diferenciarse: actualmente, «ser verde» es una verdadera ventaja competitiva.
«Ser verde» es una verdadera ventaja competitiva
Los socios del canal de distribución que no sean capaces de reconocer el cambio de prioridades de las organizaciones y de ayudarlas a hacerlo realidad se van a quedar muy rezagados. La sostenibilidad es una responsabilidad compartida: las personas, las administraciones, los proveedores y el canal de distribución deben desempeñar su papel para contribuir a reducir su propia huella de carbono y la de sus clientes, así como garantizar que cualquier nueva tecnología que se implemente sea lo más «verde» posible.
La agilidad y la eficiencia son, desde hace tiempo, dos pilares fundamentales del éxito empresarial del canal de distribución; a los que se les superponen los esfuerzos en materia de sostenibilidad. El crecimiento explosivo de los datos y la transformación digital de las empresas han hecho que los profesionales tecnológicos estén más atentos por seguir el ritmo del incremento de la capacidad de almacenamiento y del control de los costes que de reducir su impacto medioambiental. Sin embargo, es posible centrarse en todo al mismo tiempo y los socios del canal de distribución pueden realmente ayudar a ello.
Los socios que no sean capaces de reconocer el cambio de prioridades de las organizaciones y de ayudarlas se van a quedar muy rezagados
A medida que las personas generan más datos, se hace imprescindible implementar unas soluciones tecnológicas sostenibles que se conviertan en elementos clave a la hora de reducir el consumo de energía. Los socios del canal de distribución que adopten el almacenamiento flash tendrán ventaja. El flash es un ejemplo perfecto de una tecnología que respalda las prioridades empresariales y medioambientales, ya que ayuda a los clientes a cumplir con la necesidad de priorizar la sostenibilidad. Las cabinas de almacenamiento basadas en el flash consumen menos energía que las unidades de disco duro mecánico y, al mismo tiempo, proporcionan un rendimiento mejor en métricas clave como la capacidad por vatio, el ancho de banda por vatio y la capacidad por unidad de bastidor, lo que da como resultado una huella global menor del centro de datos gracias a la innovación.
Por otro lado, como los sistemas y los componentes de almacenamiento representan una parte muy importante del hardware de los centros de datos, el hecho de pasarse a unas soluciones más eficientes puede reducir significativamente la huella energética y el impacto de la refrigeración de todo el conjunto. El resultado global es una tecnología más respetuosa con el medio ambiente a la vez que ayuda a los clientes a cumplir sus objetivos sostenibles.
Si consideramos el sector tecnológico de un modo más amplio, vemos que el ciclo de vida completo de la tecnología, el diseño de las soluciones y los modelos de prestación/implementación están siendo objeto de un análisis minucioso. Se trata de algo comprensible, teniendo en cuenta que cada vez son más las solicitudes de propuestas que se centran en las credenciales ecológicas de las tecnologías, los proveedores de servicios administrados y los distribuidores.
En los últimos años, el enfoque modular del diseño se ha convertido en la norma, lo que permite reemplazar componentes concretos, según sea necesario, en lugar de cambiar todo el sistema; gracias a ello, el hardware y el software han incorporado un diseño sostenible. Esto minimiza los ciclos de actualización del hardware, reduce los residuos electrónicos que acaban en el vertedero y ayuda a los proveedores de servicios administrados a garantizar a sus clientes que las soluciones que ofrecen son sostenibles.
La escalabilidad se ha convertido en un elemento importante para los clientes, ya que estos buscan sacar el máximo partido de sus inversiones, sin verse obligados a comprar una tecnología que no van a usar durante años, lo que supone malgastar recursos. Los distribuidores y los proveedores de servicios administrados tienen que ofrecer modelos como servicios alternativos, pagando únicamente por los recursos que necesitan, sin asumir la administración de dichos recursos en el back-end.
Este enfoque significa que la tecnología puede ser administrada centralmente por un proveedor de servicio que está preparado y tiene incentivos para trabajar de la manera más eficiente posible. Esto se traduce en unos niveles más bajos de consumo energético y en una cantidad muchísimo menor de residuos, ya que las empresas ya no tienen que funcionar con unos sistemas infrautilizados o sobredimensionados. Efectivo, eficiente y sostenible.
Cuando las exigencias para alcanzar las cero emisiones netas comenzaron, algunas empresas destacaban la sostenibilidad como valor diferencial: ahora es un imperativo comercial. El establecimiento de unos compromisos ecológicos como sector y la ayuda a los clientes para realizar esta transición medioambiental deben ser una prioridad si queremos lograr que el canal de distribución esté preparado para los nuevos clientes. Muy pronto, para los responsables tecnológicos, la sostenibilidad será un factor tan importante como el precio, el rendimiento y el ahorro de costes a la hora de seleccionar a un proveedor.
Los socios del canal de distribución tienen que revisar la cartera tecnológica que ofrecen para asegurarse de que tiene unas soluciones lo más ecológicas posible. Las soluciones de infraestructura deben ser ágiles y adaptables y estar listas para poder implementarse sin una renovación completa y para ampliar la capacidad bajo demanda cuando los clientes lo necesiten, y además tienen que reducir el consumo de energía y las emisiones. Si esto se incorpora a las agendas comerciales del canal de distribución, supondrá una oportunidad excelente para contribuir de manera positiva a la reducción del consumo energético, dar forma a un futuro más sostenible y sentar los precedentes que definirán nuestro mundo en las décadas venideras.