Las empresas se están enfrentando a un periodo de volatilidad económica casi sin precedentes. La pandemia, los distintos disturbios políticos, y otros acontecimientos que hemos vivido – y estamos viviendo – han tenido un fuerte impacto en las cadenas de suministro. Como resultado, la inflación ha sufrido un repunte imparable, por lo que nuestra idea de que los productos y servicios tecnológicos rara vez suben de precio, y que, cuando lo hacen, es para ofrecer una mejor relación calidad-precio, ahora es cosa del pasado.
Ante esta atmósfera de inestabilidad, los líderes empresariales se preparan para la recesión que el año 2023 nos depara. Sin embargo, en agosto de 2022 IDC predijo que la inversión en TI en Europa continuaría creciendo un 4% este año, aunque un mes antes advirtió que un «escenario de recesión» alternativo podría dar lugar a una «modesta contracción». Además, la escasez de personal cualificado hace que muchos responsables de TI tengan dificultades para cubrir puestos y que sus equipos no den abasto. Todo esto también afecta a la gestión de los parques de impresoras y escáneres, cuyos costes se mirarán con lupa cada vez más.
IDC también destaca que las pymes no suelen disponer de reservas para afrontar etapas económicas difíciles, por lo que es «fundamental que utilicen la tecnología de forma inteligente y se centren cuanto antes en la eficiencia, el ahorro de costes, la productividad y la automatización para poder abordar la tormenta económica actual». La consultora de investigación también señala un comportamiento que se repite en las pymes más pequeñas: utilizan menos las tecnologías cloud y dependen más del hardware – como las impresoras –, por lo que son más vulnerables a los periodos de escasez.
Desde el punto de vista de la impresión, y teniendo en cuenta este panorama, es espectable que las empresas vuelvan a priorizar la reducción de costes como uno de los objetivos para este año.
No hay duda de que los documentos impresos siguen siendo fundamentales para la gran mayoría de las empresas, y es poco probable que esto cambie a corto plazo. Es cierto que los volúmenes de impresión en las oficinas han bajado y puede que las necesidades no sean las mismas que antes de la pandemia. Normalmente las empresas revisan los costes de impresión cuando el renting de sus equipos está llegando a su fin o cuando sus equipos se estropean, para decidir sobre una nueva inversión.
Pero con la coyuntura actual y los cambios que se produjeron en las empresas (con la adopción del teletrabajo, trabajo híbrido, en remoto, etc…), puede que su parque de impresión esté sobredimensionado. Un análisis de los dispositivos actuales de impresión y escaneado puede dar lugar a oportunidades de negocio interesantes, para ajustar los equipos a las necesidades actuales y hacer con que los equipos estén funcionando de la forma más rentable y eficiente posible.
La adopción de un enfoque más estratégico en torno a la gestión de costes y la eficiencia es posible, ya sea reubicando los dispositivos para garantizar un uso más eficiente, automatizando los pedidos de consumibles, o localizando las tareas que generan costes innecesarios, como suele ser el uso excesivo del color o la impresión innecesaria en alta calidad. Estas son algunas de las mejoras que podemos proponer a clientes actuales y potenciales para fidelizar y ganar nuevos negocios.
Hay una preferencia por contratos con tasas/precios fijos
Otra preocupación de las empresas será sin duda la previsibilidad de sus costes. Dada la volatilidad de los precios, tipos de interés subiendo, inflación… hay una preferencia por contratos con tasas/precios fijos como vemos en el gas, electricidad o alquileres, por ejemplo. Fijar los costes es una forma de evitar sorpresas desagradables y dar alguna estabilidad al negocio. En ese sentido, las empresas estarán más receptivas a propuestas todo incluido (con mantenimiento), permitiendo una mayor tranquilidad y previsión de los costes.
El nuevo año vendrá marcado por una incertidumbre económica que preocupa a las empresas, y a la sociedad en general. Por eso, es importante adaptarse a la nueva casuística y empezar a desarrollar una estrategia óptima que nos permita solventar las preocupaciones de las empresas y llegar con la propuesta más adecuada.
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