Hace tiempo que algo se remueve en las consultoras tecnológicas en España. Unas compañías que, si bien son uno de los grandes motores de la industria tecnológica, también se resisten a cumplir con unos mínimos salariales que garanticen la retención de talento y la apuesta por los recursos humanos.
El convenio de las consultoras tecnológicas lleva expirado desde diciembre de 2019. Desde entonces, se han mantenido conversaciones entre patronal y sindicatos para pactar una condiciones que mejoren el salario y condiciones generales de los trabajadores.
Entre las medidas que se exigen por parte de los trabajadores está la de garantizar el salario mínimo de 17.000 euros brutos anuales. A día de hoy, hasta diez categorías del sector se encuentran por debajo de lo que marcaría el SMI, que entraría en vigor en 2023. Además, se pedía revisar los salarios que llevaban años sin moverse.
El convenio de las consultoras tecnológicas expiró en 2019
En este punto, la patronal del sector, Asociación de Empresas de Consultoría (AEC) propuso crear jornadas laborales de 12 horas e incluir los sábados como día lectivo. Los sindicatos rechazaron categóricamente esta proposición que finalmente, en septiembre, la patronal tuvo que desestimar para poder avanzar con las negociaciones.
Ahora, en el mes de octubre se iban a reactivar las negociaciones con una nueva propuesta por parte de las compañías, pero las propias consultoras han decidido prorrogar el plazo hasta noviembre.
En algunas consultoras tecnológicas los empleados no están dispuestos a esperar más. Es el caso de, la ahora sevillana, Ibermática, una de las principales referencia en España.
Tras más de un año de intentos de negociación del convenio, los empleados decidieron convocar una huelga. En esa ocasión, la consultora pidió una prórroga para llegar a un acuerdo, motivo por el cual se desconvocó el calendario de paros para proseguir con las negociaciones.
Después de la prorroga pedida por las empresas y la falta de una propuesta en firme del colectivo empresarial, el comité de trabajadores de Ibermática ha decidido volver a convocar la huelga para conseguir asentar unos mínimos en las condiciones y salarios.
Pero en este segmento hay muchas más grandes referencias implicadas que también están implicadas. Hablamos de compañías como EY, Deloitte, PWC, PWC, Indra, Capgemini o Inetum como referencias de primer nivel.
Y es que estamos ante un sector que en 2021 movió casi 16.000 millones de euros en España, un 9,5% más que años anteriores, según datos de AEC. De cara a 2022 se espera que el segmento crezca un 6% y prosiga la espiral de crecimiento del negocio tecnológico.
Las consultoras tecnológicas en España emplean a 227.000 trabajadores. Un número que aumenta año tras año debido al auge de la transformación digital de las empresas y la necesidad de seguir innovando para ser competitivas.
De hecho, un de los principales reclamos del sector TIC, incluidas las consultoras, es la falta de talento con el que cubrir determinadas vacantes en segmentos como la ciberseguridad, la gestión de los datos o la inteligencia artificial, entre otros.
Asociaciones como DigitalES calculan que las vacantes sin cubrir se acercan a las 120.000. La problemática es tal que se calcula que el 65% de las empresas tiene problemas para encontrar profesionales para seguir adelante con sus proyectos de innovación.
Y siendo un obstáculo para conseguir avanzar y seguir con proyectos de desarrollo, nos topamos con la realidad en sectores como el de las consultoras tecnológicas. Un segmento donde los profesionales cuentan con unas condiciones salariales y de trabajo que están muy lejos de ser las idóneas. Unos márgenes cada día más estrechos por la alta competencia junto con una tasa de rotación muy alta hacen que las exigencias sean máximas.
Además, las condiciones hacen que mucho de nuestro talento se escape a otros países. Según el estudio de la UGT señala que, para perfiles como analista de datos o desarrollador de aplicaciones, el salario en Londres es un 86% mayor que el que se oferta en Madrid, mientras que en Alemania es un 82% superior y hasta un 50% más en París.
Toda esta situación crea un círculo vicioso donde los principales damnificados son los trabajadores, no las empresas. Ya que estas últimas siguen generando beneficios a expuertas (solo Indra Minsait incrementó su facturación un 17% en el primer trimestre o Ibermática que creció un 8,8% en 2021 con los mayores beneficios de su historia).