Son millones las pymes -solo en España más de 13.000- que a diario venden sus productos en Amazon. El gigante de las ventas online ha conseguido que parte de su negocio sean las comisiones que genera el dejar su plataforma abierto terceros. Un servicio, que pese a todas las ventajas publicitadas, no siempre es tan beneficioso para los retailers como cabría esperar.
Son muchos los vendedores y marcas que se han salido de este modelo de venta que, si bien, ofrece un escaparate impresionante con millones de visitas y ventas diarias, también puede conllevar riesgos intrínsecos que no todos quieren o, por su tamaño o finanzas, pueden correr.
Y para prueba un ejemplo. Cuando el mayorista Megasur presentó su demanda por impago contra Amazon en 2020, este recibió multitud de acercamientos de pequeños distruidores de tecnología que le hablaban de sus problemas con el gigante americano. Conflictos que demostraban que estas situaciones son habituales en una compañía que sabe que tiene «la sartén por el mango».
Entre los inconvenientes citados por las pequeñas tiendas de tecnología se encontraban las malas praxis a la hora de gestionar devoluciones, la entrega de productos en mal estado gestionados por Amazon o los propios pagos por ciertos servicios, cuando ni siquiera se cerraba la compra.
Aunque el conflico Megasur-Amazon todavía no ha conseguido pasar del trámite a los tribunales, lo cierto es que ha traído a la actualidad española una problemática que ya conocíamos en Estados Unidos. De hecho, las multas millonarias a Amazon por posición dominante lo dejaron en evidencia, pero, aún con eso, no parece que la situación haya mejorado.
No podemos olvidar que el amor-odio de Amazon y el sector tecnológico es muy grande. El que puede ser un competidor y aliado al mismo tiempo no deja de ser una de las primeras referencias cuando hablamos de venta de tecnología de consumo en Internet y por tanto, es impensable olvidarnos de él.
No obstante, podemos entender que su posición dominante puede conllevar ciertas actitudes o prácticas que se pueden consentir o no. Aquí ya son los propios vendedores y las marcas quienes deben valorar la convenciencia de esta relación.
Teniendo en cuenta los pros y los contras, decidiremos si merece la pena apostar por la reventa en Amazon o no. Si, como vendedor, optamos por arriesgar y aprovechar las ventajas de su plataforma, tendremos también que asumir los riesgos. Y es ahí donde conocerlos nos ayudará a tomar la decisión más adecuada.
Si, por el contrario, decidimos emprender nuestro propio camino digital o buscar otras opciones donde mostrarnos, saber que existen y hay para todos los gustos. El mundo de los marketplaces ha evolucionado tan rápido como la propia venta en Internet y con ella, la fórmulas para vender y las estrategias. En este punto, aprovechar todo lo que nos ha enseñado Amazon y compañía , asícomo contar con los recursos adecuados, será clave para conseguir el éxito.