Según las previsiones del experto Ondrej Burkacky, la inversión del sector para paliar la escasez de semiconductores puede que no dé resultados a corto plazo, por lo que la problemática podría prolongarse tres años más.
Pese a que muchos han apuntado que la cadena de suministro mundial de semiconductores podría empezar a recuperarse a finales de este año y estabilizarse en 2023, un experto señala que los esfuerzos que se están realizando no darán sus frutos en breve. Como consecuencia, la escasez de semiconductores podría no solucionarse hasta 2025.
Esta es la opinión de Ondrej Burkacky, socio senior de Semiconductor Practice de McKinsey ,en los dos últimos años los fabricantes de semiconductores han intentado incrementar su producción, sin embargo, los problemas que arrastran desde 2020 no se arreglarán a corto plazo.
“Todavía se necesitan un mínimo de tres años para poner en marcha una nueva instalación de semiconductores. Y eso ya es un período de tiempo bastante corto; en muchas zonas geográficas se tardan más de cinco años en obtener todas las aprobaciones para construirla y traer las herramientas para llegar a crear un producto completo”.
Debido al tiempo que lleva planificar, construir y poner en funcionamiento estas instalaciones, los fabricantes también se enfrentan a una gran incertidumbre respecto a la demanda del mercado al que venderán en el futuro.
El impacto de la pandemia cogió por sorpresa a la mayor parte del mundo y no encajaba en las proyecciones de negocio crisis como la invasión de Ucrania o la inflación, lo que está generando una gran incertidumbre en los mercados.
En opinión de Burkacky, cuando manejas plazos de tiempo, como de tres a cinco años para construir una instalación de producción de productos, debes estar muy seguro de que, una vez finalizada, se tendrá la demanda necesaria.
Esto conlleva grandes riesgos para los fabricantes de semiconductores que realizan estas fuertes inversiones en la actualidad y que necesitan predecir con precisión la demanda que tendrán dentro de unos años para tomar hoy las decisiones adecuadas.
A pesar de esto, el analista de McKinsey señala que las empresas que se anticipan correctamente esta demanda y juegan en los mercados correctos, podrían salir victoriosas en 2025.
Estas reflexiones llevan a Burkacky a concluir que la escasez de semiconductores se podría alargar hasta 2024, o incluso 2025, para que se solucione por completo. No obstante, también señala que hay formas para que los proveedores optimicen su abastecimiento, y se comprometan con acuerdos de suministro más a largo plazo.
Por ejemplo, los fabricantes de automóviles respondieron a la baja demanda sin precedentes de automóviles durante los peores meses de la pandemia cancelando grandes pedidos de chips y, como resultado, soportaron enormes pérdidas en 2021.
Ahora todo parece apuntar a que se están restableciendo las cadenas para volver a los niveles de producción previos a la pandemia.
Pese a las ayudas de los gobiernos, la recuperación de la cadena de suministro no será a corto plazo
Diversos gobiernos han destinado ayudas para los fabricantes de semiconductores. En Estados Unidos se ha llegado a aprobar recientemente una Ley de chips por la cual se han otorgado unos 54.000 millones de dólares para la creación de fábricas de semiconductores como la de Intel en Ohio.
Junto a este emplazamiento, Intel ha anunciado que prevé destinar unos 30.000 millones de dólares para ampliar su planta de chips en Arizona.
Por su parte, la Unión Europea también está avanzando en su propia Ley de chips, que se espera que proporcione hasta 43.000 millones de euros para salvaguardar aún más el suministro de semiconductores en el continente.
Pese a estas ayudas de los gobiernos, el analista de McKinsey señala que, si bien están contribuyendo a impulsar la inversión de algunas empresas, no acelerará la recuperación general de la cadena de suministro.
Imagen inicial | Magnus Engø