«Si yo fuera un partner que estuviera pensando en donde invertir una hora a la semana, estoy seguro que lo haría en comprender la última tecnología y entonces ver el cambio de paradigma que supone serverless».
Con esta contundencia se expresaba Iain Rouse, director de AWS en la región de Australia, Nueva Zelanda y Oceanía en el medio ARN. Una pequeña muestra de la importancia que hiperescaladores de referencia como Amazon Web Services le darán a este modelo de comercialización que esperan que sea clave en los próximos años.
Serverless surge como una evolución de los modelos cloud más tradicionales donde se «adquieren» servidores en la nube. En este modelo de infraestructura cloud el proveedor ejecuta el servidor remoto y lo gestiona asignando y adaptando los recursos de acuerdo a las necesidades de la organización. Es un servicio cloud bajo demanda que ayuda a eliminar los costes ocultos que pueden conllevar otras opciones.
Si bien todavía es una realidad limitada, el uso del cloud autogestionado que propone este modelo avanza a buen ritmo. MarketsandMarkets estimaba que este mercado suponía a nivel mundial 7.600 millones de dólares en 2020, mientras que 7.290 millones de dólares. Cifras orientativas que suponen una pequeña porción del negocio de la infraestructura cloud que en 2021 supuso 73.900 millones de dólares en todo el mundo.
En lo que coinciden todas las consultoras es en que el ritmo de crecimiento seguirá en los próximos años. En el caso de Mordor Intelligence vaticina una subida de poco más del 23% anual hasta 2026. Una previsión en línea con otros analistas.
Aunque en unos inicios se usaba para alojar aplicaciones de terceros en la nube, actualmente su uso se ha ido expandiendo a otros fines. Y es que el serverless computing propone una fórmula que permite desplegar desarrollos en contenedores y microservicios, tecnologías también en pleno auge.
Pese a que todavía el uso mayoritario del serverless es para alojar estas aplicaciones cloud que comentábamos, cada vez más organizaciones aprovechan las ventajas para ejecutar migraciones cloud o modernización de su legacy, Big data o gestión de contenidos, entre otros.
Estos nuevos usos han sido impulsados por propuestas como la de AWS con Lambda o Fargate, Azure Serverless o Google Cloud Serverless que permiten combinar los beneficios de los contenedores y microservicios con el serverless, creando un nuevo paradigma en el que solo estamos viendo la punta del iceberg.
Un potencial que están viendo, especialmente, entidades públicas donde, tal y como comentaba Ian Rouse, se ve un interés especial debido a la transformación digital que ha traído consigo la pandemia.
Podríamos pensar que siendo un servidor con control remoto, el partner o proveedor cloud se puede relegar a un segundo plano a favor del hiperescalador. Nada más lejos de la realidad.
Al igual que sucede en otros ámbitos del universo cloud, el proveedor es una parte esencial del proceso de valor que se le debe dar a las empresas. Y es que estos se encargan de todos los servicios de mantenimiento, gestión de infraestructura, servidores, sistemas operativos, middlewares y dependencias.
Así, el proveedor cloud se encargaría de prestar los servicios de responsabilidad tecnológica, mientras el cliente final propone sus desarrollos o aplicaciones.
Con ello, el proveedor cloud ocupa un eje central de valor en el que propone una solución con pago por uso real, rápida escalabilidad, orientada a eventos o proyectos y en el que se encarga de todo el servicio. Un modelo que, respondiendo a la pregunta del titular, efectivamente podría convertirse en la alternativa de despliegue en la nube del futuro. ¿Será así? Cuéntanos tu opinión.