La gestión tecnológica cada día tiene más aliados gracias a conceptos como la automatización o la orquestación TI. Dos ideas que comparten base, pero que difieren en la práctica y que es necesario conocer para poder ofrecer en diferentes ámbitos como la seguridad, la infraestructura o los microservicios, entre otros.
En la era de los as a Service es vital conocer herramientas que permitan gestionar tareas sin la intervención humana. Unos procesos que ahorran tiempo a los profesionales además de aportar un valor adicional al trabajo de los partners TI.
En este sentido, los proveedores de servicios o partners pueden recurrir a la automatización o avanzar hacia la orquestación de servicios. Vemos las diferencias:
Este concepto supone la conversión o adaptación de un único proceso manual a la ejecución de una máquina. De esta forma, se elimina la intervención humana.
La automatización se puede aplicar a muchas áreas donde se requieren tareas repetitivas o fácilmente gestionadas por la tecnología. Acciones que simplifican el día a día de los equipos TI y que les permiten dedicar tiempo a otras acciones más valiosas como la planificación estratégica o búsqueda de nuevos negocios.
Precisamente como si de una orquesta se tratara, este concepto eleva los procesos de automatización a la máxima potencia. Poniendo varias herramientas automatizadas ejecutándose, la orquestación TI configura, gestiona y, en definitiva, hace que trabajen las automatizaciones de forma conjunta de manera eficiente y coordinada.
De esta forma, la orquestación combina varias automatizaciones que pueden trabajar en el mismo entorno o en diferentes. Con ello se busca la estandarización de todo el sistema, eliminar redundancias de trabajo y secuenciar eficientemente las acciones que se ejecutan.
Es muy común ver este tipo de prácticas en entornos como los contenedores donde se ofrecen microservicios de diferente índole o en la ciberseguridad.
Tanto la automatización como la orquestación cuentan con numerosas ventajas aplicadas a muchos ámbitos tecnológicos. No en vano, cada vez es más común encontrar soluciones que ofrecen este tipo de herramientas en tareas como la monitorización o la creación de informes.
Sin embargo, estos conceptos por sí solos no funcionan. Detrás de una automatización y mucho más, de una orquestación es imprescindible que haya una estrategia detrás. Una planificación basada en objetivos, recursos y necesidades que haga «trabajar» a la tecnología en beneficio del negocio y no en un barco sin deriva.
Así, la labor del partner TI se vuelve crucial en estos procesos. Un agente que ofrece la especialización y conocimiento adecuado para analizar, configurar y ejecutar estos procesos con las máximas garantías de éxito. ¿Eres esa figura? ¿Cuál es tu estrategia en estos entornos?