Siendo una pyme no es fácil adecuarse a los trepidantes cambios que estamos viviendo y menos, aprovechar cualquier oportunidad para seguir siendo competitivas y mantenerse a la altura. En un contexto tan cambiante como el actual, se ha convertido en una necesidad buscar en conceptos como la transformación digital, omnicanalidad o experiencia de cliente la mejor forma de adaptar a los negocios.
El partner TI, pieza fundamental en esta transformación digital, tiene claro cuáles deben ser los objetivos prioritarios de una pyme. Pero ¿Y estos clientes? ¿Saben qué puntos deben tener en mente y cómo actuar frente a diferentes situaciones? Desde Dynabook nos dan algunos consejos que exponer a estos clientes:
Acelerar la transformación digital
Un reciente informe del Foro Económico Mundial ha revelado que las pymes se encuentran todavía en un nivel de madurez tecnológica entre bajo y moderado. Menos de una cuarta parte (23%) señalaron que los cambios provocados por la pandemia habían provocado la aceleración de sus objetivos de transformación digital. Sin embargo, las que sí adoptan tecnologías emergentes como la IA, y siguen pasando a sistemas basados en la nube, por ejemplo, están viendo una notable transformación.
Mientras que las pequeñas empresas que tardan en transformar digitalmente sus operaciones intentan mantener un CAPEX bajo a corto plazo, las que están madurando en la digitalización se están preparando para ser más resistentes a los continuos cambios en el mercado, lo que les permite asegurar su ventaja competitiva en el futuro.
La clave de este proceso es la tecnología en la nube, que es crucial para la capacidad de respuesta y la agilidad. Con los proveedores de tecnología, las tecnologías y los conocimientos adecuados, las pequeñas empresas pueden acelerar sus esfuerzos de transformación digital y parece que están dispuestas a ello, solo necesitan el último empujón.
Utilizar las herramientas adecuadas
El trabajo híbrido ha llegado para quedarse, por lo que es vital proporcionar las herramientas necesarias para gestionarlo, esto es, dispositivos y programas para que el día a día sea eficiente, seguro y cómodo. Las pymes deben invertir en dispositivos que les permitan llevar sus tareas a cualquier lugar y que duren en el tiempo.
De hecho, para garantizar el futuro de su estrategia de participación de los empleados y seguir siendo atractivas para los nuevos talentos y los ya existentes, es vital que adopten un nuevo modelo de adquisición y aprovisionamiento de tecnología buscando opciones as a Service que les aporten flexibilidad, escalabilidad e innovación cuando la necesitan. Un reciente estudio de Gensler sobre el lugar de trabajo reveló que el 76% de los empleados afirma que tener la posibilidad de elegir la tecnología tendría un impacto positivo en su rendimiento, mientras que el 60% dijo que probablemente afectaría a su satisfacción laboral.
Aumentar la agilidad y la adaptabilidad
La agilidad y la adaptabilidad indican que una empresa es capaz de reconocer y aprovechar al máximo las oportunidades. Esto es fundamental ya que las pymes no disponen de los mismos recursos que las empresas más grandes, por lo que ser flexibles puede ser a menudo el factor determinante del éxito. De hecho, una investigación de McKinsey Agile Tribe muestra que las organizaciones ágiles tienen un 70% de posibilidades de estar en el cuartil superior de salud organizativa, uno de los mejores indicadores de rendimiento a largo plazo.
Las tecnologías como la IA tienen un mayor y más positivo impacto en la agilidad de las pymes hoy en día. Las herramientas de colaboración que permiten el trabajo a distancia, la automatización y la analítica para ayudar a gestionar y dar sentido a los datos de los clientes y los empleados tienen cabida aquí. En concreto, el análisis avanzado de datos puede ayudar a los responsables de la toma de decisiones a descubrir cuellos de botella, mejorar la eficiencia e identificar áreas de optimización.
Subcontratar cuando sea necesario
Las ventajas competitivas de la externalización, a la que recurren muchas compañías, pueden ser numerosas, pero este tipo de estrategia debe aplicarse con cuidado. Por ejemplo, en periodos de crecimiento las empresas pueden descubrir que se beneficiarían de personal adicional, pero no pueden permitirse el gasto de contratar y mantener a más empleados a tiempo completo.
La principal ventaja de la subcontratación es que permite a las pymes reenfocar y reorientar su actividad hacia su máxima prioridad: ser competitivas. El núcleo de una empresa es su individualidad, lo que puede ofrecer por encima de sus rivales.
Como regla general, todo lo que da a una pymes su originalidad y sus valores debe permanecer en la empresa. La externalización debe asignarse a las tareas administrativas que ahorran tiempo y permiten a las empresas centrarse en lo que las hace diferentes o les ayudan a encontrar especialistas en áreas que desconocen.
