El cumplimiento normativo o compliance es un apartado esencial para cualquier empresa. Los procedimientos y políticas para que cualquier figura involucrada en una empresa (empleados, clientes o proveedores) pueda proceder cumpliendo todas las normas es esencial para su correcta gestión. Un terreno donde la tecnología puede ser una gran aliada para conseguir equilibrar la eficiencia operativa y el cumplimiento legal.
El cumplimiento normativo ni es un terreno sencillo de gestionar, pero tampoco un apartado que las empresas puedan obviar. No conocer las reglas no exime Por ello, muchas compañías echan mano de los proveedores para aplicar las normas que hagan legal todos sus procesos y gestiones. Unos partners especializados que deben combinar tecnología y legal para crear la fórmula perfecta.
Son muchos los proveedores tecnológicos que ofrecer servicios de compliance a las empresas. Desde la consultoría o asesoría para adaptarse a normas nacionales o internacionales hasta la gestión de un plan estratégico para conseguir desarrollar planes más concretos de seguridad o protección de datos, entre otros.
La continúa actualización de normativas de ISO, HIPAA o SOX hace que el primer reto sea estar al día. Las empresas preocupadas por tener los máximos niveles de cumplimiento normativo en determinados sectores, según su idiosincracia, invierten gran parte de sus presupuestos a conocer y auditarse periódicamente.
En el terreno más tecnológicamente puro, el auge de tendencias como la Inteligencia Artificial, el BYOD o el Internet de las Cosas, propone nuevos espacios de trabajo donde se multiplican los riesgos y desafíos para las empresas. Aquí no solo se plantean retos de seguridad sino también de cumplimiento normativo en un marco donde cada día encontramos novedades legales. Por tanto es fundamental que mientras se transforma digitalmente una organización, también lo hagan sus políticas de cumplimiento normativo para que una área no choque ni frene la otra.
La creciente gestión de los datos también supone un punto más que atacar desde el compliance. Las empresas cada día deben administrar, almacenar o desechar más información proveniente de diferentes fuentes. Una labor que debe ser bien gestionada para evitar consecuencias legales establecidas en reglamentos como el GDPR.
De manera interna, otro de los retos de compliance es crear una comunicación y divulgación de las normas y obligaciones de forma interna. Todos los trabajadores deben conocer y saber cuál es su rol y cómo le afectan cada una de las reglas establecidas. Con ello, es fundamental crear una cultura del cumplimiento que favorezca que todo el equipo sepa donde pueden estar las irregularidades o peligros.