El comercio electrónico transfronterizo presenta una gran demanda. Según un reporte de Sendcloud, el año pasado, el 45% de los compradores online hicieron pedidos internacionales. Para muchos minoristas online, las oportunidades de ventas internacionales resultan tentadoras. Sin embargo, para lograr conquistar a los clientes, es necesario que los envíos sean óptimos. ¿Qué expectativas de entrega tienen los compradores de otros países y cómo se pueden cumplir? Los datos resultan ser una auténtica joya cuando se trata de envíos internacionales.
La popularidad de una compra internacional ha crecido considerablemente en los últimos años y, dado que casi uno de cada dos compradores afirma comprar en otro país, existe un enorme potencial en los envíos transfronterizos. Atraer a clientes internacionales es una cosa, pero entregar un pedido de acuerdo con las normativas locales de entrega es otra.
Mientras que en los Países Bajos la mayoría de los consumidores (87%) prefiere recibir sus paquetes a través de un repartidor de PostNL, en España, la principal compañía de transporte es SEUR (49%), mientras que en Bélgica, Bpost es la más popular (86%) y, en Alemania, los consumidores desean principalmente recibir sus paquetes a través de Deutsche Post (62%). Estas cifras demuestran inmediatamente por qué no existe una solución única para los envíos al extranjero.
Las expectativas de entrega varían mucho de un país a otro y, por tanto, no hay un transportista que domine todos los tipos de envío. Es por ello que el primer paso de toda buena estrategia de envío internacional es conocer a sus clientes.
En general, se observa un aumento en la exigencia de los consumidores en cuanto a la experiencia de las entregas y su deseo de decidir dónde, cuándo y cómo quieren recibir un pedido. Sin embargo, la buena noticia es que los consumidores no son tan impacientes como podría pensarse. Si bien se suele considerar que lo más rápido es automáticamente lo mejor, no todos los pedidos son urgentes y necesitan ser entregados al día siguiente. Estudios demuestran que los consumidores europeos están dispuestos a esperar una media de 4,7 días por su pedido.
En España se admiten esperas de un máximo de 4,5 días
Mientras que en los Países Bajos los consumidores sólo aceptan una espera de hasta 4,2 días, en España admiten esperar un máximo de 4,5 días y los franceses son algo más pacientes e incluso son capaces de esperar hasta 5 días. Así pues, la suposición de que la entrega al día siguiente es un requisito para el éxito internacional no tiene justificación. Los consumidores son más pacientes de lo esperado, pero la gestión y la comunicación de las experiencias son fundamentales. Siempre que se comunique claramente el plazo de entrega y el servicio previsto desde el comienzo y se mantenga al consumidor informado, la mayoría de los clientes se muestran tolerantes. Sin embargo, un desfase entre las expectativas y la experiencia de entrega real conduce en última instancia a clientes insatisfechos y se debe evitar en todo momento.
Si bien la entrega al día siguiente no es un requisito, es crucial que las expectativas y las experiencias reales de entrega coincidan. Por suerte, al enviar al extranjero existen diferentes opciones. Se puede trabajar con transportistas locales, con los principales operadores internacionales o con una combinación de los mismos. El coste, la rapidez y la puntualidad son factores determinantes.
Una opción puede ser más rápida que la otra, pero al final no será entregada por el transportista deseado, etc. Como minorista online puede elegirse entre la entrega estándar, la entrega urgente y las entregas directas. Todas las opciones tienen sus propios plazos y ventajas adicionales:
Con el fin de seleccionar la estrategia de envío más apropiada para cada país, es conveniente hacer uso de los datos adecuados. Cada método de envío tiene su propio precio, velocidad y beneficios, así como un análisis exhaustivo de los datos sobre envíos que pueden ayudar a tomar la decisión correcta. Hoy en día, muchas empresas disponen de datos, pero la cuestión es si tienen la información adecuada.
Para revisar la estrategia de envío, merece la pena examinar los propios análisis de los envíos, pero también los datos de la competencia, por país o incluso a nivel de transportista.
Lo mismo ocurre a gran escala en el sector de la logística de ecommerce. En este caso, conocer los plazos de entrega puede ser útil para decidir si la experiencia de entrega se ajusta a las especificaciones. El plazo de entrega es un indicador importante que permite estimar el tiempo que tarda un paquete en llegar al país de destino. Por ejemplo, un paquete de España a Portugal tarda tan solo 1 a 2 días y un pedido de España a los Países Bajos tarda entre 3 y 5 días. Si el plazo de envío es inferior al tiempo máximo de entrega previsto, todo va bien; si no, los datos pueden ayudar a optimizar la estrategia de envío a nivel internacional y local.
En conclusión, los envíos internacionales ofrecen muchas oportunidades si se hacen bien. Asegurarse de utilizar los datos propios o de terceros fiables para tomar las decisiones correctas y mejorar la conversión por país. Después de todo, el destino final es un consumidor satisfecho y el crecimiento.