El servicio de entrega de paquetes de Amazon haciendo uso de repartidores autónomos con coche propio echa el cierre en España y Alemania. La compañía apuesta por una subcontrata de nueva creación.
Casi cinco años después de Amazon Flex iniciara su andadura, la compañía ha decidido cancelar su servicio en dos países europeos. Primero ha sido en Alemania y ahora le ha llegado el turno a España.
En nuestro país, Flex empezó en 2017como un servicio para autónomos con coche propio y con el reclamo de ganar hasta 14 euros por hora, y con el que pretendía dar respuesta a un problema de demoras en sus entregas, especialmente en su servicio Prime.
Sin embargo, Amazon ha decidido discontinuar el servicio sin dar más explicaciones, si bien fuentes de la compañía apuntan que, en su lugar, ha puesto en marcha otros programas para encontrar soluciones para el reparto rápido y eficiente en centros urbanos.
Amazon apuesta por depender de empresas logísticas ya existentes
En Alemania, el segundo mayor mercado de Amazon en Europa, la situación ha sido similar. El servicio Flex se puso en marcha al mismo tiempo que prácticamente en el mercado español después de que se lanzase en Estados Unidos y Reino Unido.
Desde hace meses que la compañía había reducido los repartos utilizando Flex, lo que parecía una muerte anunciada. Finalmente, Amazon hizo un comunicado en el que apuntaba que decidían poner fin a este servicio señalando que «tomamos la decisión de no continuar con el programa Amazon Flex en Alemania y, en cambio, depender de la entrega por parte de las empresas de entrega existentes.»
Con el cierre del servicio en ambos países, la compañía defiende que no afectarán a sus servicios de entrega ya que cuenta con una amplia red de centros de distribución y cientos de empresas que realizan envíos a los clientes de Amazon.
Y es que Amazon lleva años trabajando en la construcción de una red de entrega apoyándose en pequeñas empresas especializadas en la última milla a los que la firma llama DSP, socios de servicios de entrega.
Críticas al control sobre los repartidores y sus retrasos
La compañía busca captar a empresas de nueva creación para que pongan una inversión inicial de 30.000 euros y operen una flota de entre 20 y 40 furgonetas. Con ello confían en que consigan ingresos que podrían estar entre 1 y 2 millones de euros.
Este programa ya se puso en marcha en Estados Unidos en 2018, sin embargo, no ha estado exento de críticas por retrasos en las entregas y los repartidores también se ha quejado del frenético ritmo de reparto que llevan.
Otra de las críticas que ha recibido el paso de Flex a DPS es que Amazon pierde cierto control sobre los repartidores contratados por estas pequeñas empresas pese a que la compañía planifica sus rutas, conoce su ubicación y sigue el procesa de entrega. Si esto es así, se abre otra problemática, que es la existencia, o no, de relación laboral directa.
Imagen inicial | Kindel Media