Intel retrasa la fecha del fin de la escasez de semiconductores. Si hasta ahora tenía sus miras puestas en 2023, ahora el CEO de la compañía, Pat Gelsinger, apunta que podría prolongarse hasta 2024, e incluso perpetuarse.
Fabricantes, empresas y consumidores anhelan ver la luz al final del túnel en lo que a la escasez de semiconductores se refiere. Al tratarse de elementos esenciales para muchos productos digitales, su demanda ha ido aumentando notablemente en los últimos años.
Aunque Estados Unidos lidera el desarrollo y venta de semiconductores, el traslado de la fabricación al mercado asiático ha llevado a que Taiwán y Corea representen el 83% de la producción mundial de chips para procesadores y el 70% de la producción de chips de memoria.
A partir de estos datos de la SIA, la Asociación de la Industria de Semiconductores, se constata esta dependencia del mercado asiático. Sin duda, algo que ha provocado cuellos de botella en la cadena de suministro debido a las duras medidas de confinamiento que tuvieron que acometer como consecuencia de la COVID-19. En consecuencia, la capacidad de fabricación de chips se ha visto limitada.
Intel revisa su previsión para el final de la escasez de chips y apunta a 2024
Si bien en el último año se han publicado muchos pronósticos acerca de cuándo podría llegar el fin de la escasez de chips, finalmente Intel previó una mejora en el segundo semestre de 2022 para llegar a la recuperación en 2023.
Sin embargo, el problema de la escasez de semiconductores está afectando a los equipos y los fabricantes van a tener que afrontar este desafío durante, al menos, 2023, según ha apuntado el propio CEO de Intel, Pat Gelsinger.
Escasez de semiconductores, más allá de la tecnología
Los semiconductores son especialmente importantes en muchas industrias, pero especialmente en la del automóvil. Los microchips son un componente esencial del automóvil moderno y permiten muchas innovaciones dentro de la industria.
Como resultado de la escasez reinante, algunas empresas de este sector han limitado o detenido su producción. Tesla, por ejemplo, detuvo la producción en 2022, citando los problemas de la cadena de suministro como el factor limitante.
En respuesta a esta situación, las empresas están construyendo nuevas instalaciones de fabricación. Es el caso de Samsung, la compañía está construyendo una fábrica de semiconductores en Texas en la que ha invertido 17.000 millones de dólares. Por su parte, Intel ha destinado 20.000 millones de dólares en dos nuevas fábricas en Arizona.
Esta escasez también ha provocado acciones legislativas en Florida y Texas que piden más fondos para las fábricas de microchips y semiconductores. Se trata de algo que es visto como una oportunidad para las cadenas de suministro.
Algunos expertos no vislumbran un final definitivo en la escasez de chips
A pesar de todos estos movimientos, los expertos de la industria no ven un final definitivo a esta escasez de semiconductores. Algunos prevén que el fin llegue en 2024 pero no se vislumbra un final definitivo, lo que ha llevado a fabricantes y empresas a diseñar estrategias en consecuencia.
Es el caso de Tesla, que ha recurrido al uso de chips alternativos y soluciones basadas en software para hacer frente a esta escasez. Otras empresas, como Latent AI, se han decantado por ofrecer paquetes de software que optimizan el hardware alternativo, lo que podría resultar un salvavidas tecnológico para las muchas empresas afectadas por la escasez de chips.
Esta revisión de la fecha en la que podría terminar esta escasez de semiconductores está haciendo que broten ideas alternativas muy revolucionarias para satisfacer la demanda. Sin embargo, los problemas que está ocasionando podría poner en serias dificultades a muchas empresas de fabricación.
¿Será 2024 la fecha definitiva para empezar a remontar y ver el fin de la escasez de semiconductores?
Imagen inicial | Anne Nygård