La llegada de Windows 11 al mercado no ha conseguido una acogida tan rápida como se esperaba. Al menos, hasta ahora. Siete meses después de su lanzamiento, Microsoft ha anunciado importantes mejoras, especialmente en lo que a compatibilidad de hardware se refiere. Con ellas, la compañía espera una adopción masiva a lo largo de los próximos meses.
Desde su lanzamiento el pasado mes de octubre, la adopción de Windows 11 ha sido más lenta de lo esperado. En parte, por la desaceleración que ha experimentado el mercado PC en los últimos meses, pero también por temas de incompatibilidad ante los requisitos que hacían falta para su puesta en funcionamiento.
El requerimiento de procesadores más actuales y los problemas de con algunos componentes, ha hecho que la acogida en el mercado de este sistema operativo haya sido menos optimista de lo esperado. De entrada, el nuevo sistema requiere de un procesador de 64-bit a al menos 1 GHz o un mínimo de dos núcleos, además de una memoria RAM de 4GB como mínimo y una capacidad interna de al menos 64G.
Esto, unido a la exigencia de compatibilidad con DirectX 12, de un chip TPM 2.0 o con una solución equivalente (Intel PTT o AMD fTPM), así como la necesidad de un monitor de alta resolución con tamaño de diagonal de 9 pulgadas, ha reducido enormemente las posibilidades de una mayor implementación.
De hecho, las cifras reflejan que su adopción está siendo mucho más lenta de la que experimentó su predecesor, Windows 10.
Hasta ahora, Windows 11 ha conseguido una cuota de mercado del 1,44%
De acuerdo con los datos del reciente estudio de Lansweeper, el sistema operativo líder a nivel mundial es Windows 10, con una cuota de mercado delo 80,34%. En segunda posición se sitúa Windows Server y, en tercera posición, Windows 7. En este ranking, Windows 11 cuenta con tan solo una cuota del 1,44%.
Sin embargo, otros estudios como el de Steam, invitan al optimismo, ya que apuntan a un ligero aumento de su adopción desde principios de este año. Los datos de esta firma señalan un crecimiento del 2,03% durante el pasado mes de febrero, si bien en marzo fue de solo un 1,25%.
La situación podría dar un giro radical después de que Microsoft haya anunciado que Windows 11 ya está preparado para su despliegue masivo. Pero, ¿cómo de masivo será?
Microsoft ha trabajado en los últimos meses en corregir algunos de los aspectos que han ralentizado su adopción en el mercado. Así lo ha hecho en lo que a la compatibilidad con algunos ordenadores se refiere con los que, pese a que cumplían los requisitos para ser compatible, el hardware daba fallos.
Su primera gran actualización este mismo mes incorporaba importantes mejoras en este sentido. De esta forma, aquellos ordenadores, tanto domésticos como corporativos, que cumplen con los requisitos del sistema, ya pueden instalar la actualización a Windows 11 a través de Windows Update.
Aquellos que deseen pasar a la nueva versión desde Windows 10 tan solo deberán tener las actualizaciones al día.
Pero Microsoft cierra mayo anunciando en la web del Programa de Compatibilidad de Hardware de Windows que ya tiene preparada su nueva actualización, que se publicará en breve.
Esta versión, la Windows 11 22H2, conocida como Sun Valley, incorporará nuevas mejoras que impulsarán su adopción por parte del mercado. Entre ellas, una renovación de aplicaciones internas, como el explorador de archivos, así como algunos de los elementos de la interfaz de usuario, como la barra de tareas o el menú de inicio, viniendo a resolver algunos aspectos que no terminaban de convencer para dar el salto a este nuevo sistema operativo.
Junto a esto, Microsoft también amplía en Windows 11 las funciones del sistema de notificaciones y alertas con Focus Assist. Esta función que evita que aparezcan notificaciones en la pantalla permite que los usuarios puedan gestionarlo para seleccionar qué notificaciones cancelar o bloquear.
¿Qué puede impulsar a apostar por Windows 11? Los buenos resultados que Windows 10 ha experimentado en el mercado, y el hecho de que el nuevo sistema operativo no suponga una gran revolución en cuanto a las posibilidades que brinda, hace pensar en que no hay muchas razones de peso para actualizarse a la última versión.
El nuevo sistema operativo cuenta con dos nuevas funciones contra el phishing y el cifrado de datos
Sin embargo, el refuerzo de la seguridad que contempla Windows 11 sí puede convertirlo en un elemento diferenciador. La última versión incorpora medidas específicas de protección contra el phishing, así como el cifrado de datos personales. Sin duda, dos elementos de valor atendiendo a las amenazas de ciberseguridad actuales en las que el malware y el ransomware están a la orden del día.
Con las nuevas funciones Microsoft Defender SmartScreen y Smart App Control, Microsoft busca ofrecer a los usuarios una mayor proyección contra estas amenazas, y muy especialmente, para luchar contra la suplantación de identidades. Con la primera de ellas, se busca frenar los ataques de phishing identificando, y alertando al usuario cuando introduce sus credenciales en un sitio web ilegítimo o aplicación maliciosa.
La segunda de las propuestas utiliza certificados de firma de código junto a modelos de Inteligencia Artificial (IA) para garantizar que solo se ejecuten en el equipo aplicaciones seguras.
Con todas estas mejoras incorporadas, Microsoft confía en que la adopción de Windows 11 experimente un importante salto cumpliendo con sus planes de completar la actualización gratuita a mediados de este año.
Teniendo en cuenta que la versión anterior, Windows 10, se lanzó al mercado en 2014 y en la actualidad cuenta con una cuota de mercado cercana al 85%, su acogida tampoco ha sido muy rápida. Los expertos señalan que la de Windows 11 aún lo será menos, pero habrá que esperar al menos a que cumpla su primer año de vida para establecer comparaciones y confirmar la tendencia de este sistema operativo.
Imagen inicial | Windows