Seguimos viendo cómo la realidad virtual se introduce en diferentes verticales y potencia las experiencias de los consumidores y empresas. Una realidad que lleva a que las previsiones marquen nuevos récords con la vista puesta en 98 millones de dolares en ventas para 2023, según cifras de Futuresource Consulting. Sin embargo, más allá de las grandes cifras es fundamental ver cómo se puede llevar a la vida real esta tecnología.
Aunque a día de hoy gran parte de la facturación de la realidad virtual se queda en los videojuegos y entornos gaming, su uso puede ir mucho más allá ofreciendo experiencias en la vida cotidiana y profesional. Nuevas fórmulas de venta, entretenmiento y mejora de la formación, entre otras.
Pero ¿en qué nichos puede tener especial incidencia esta tecnología? ¿Cómo puede ayudar a mejorar las interacciones o recrear nuevos negocios? ANOVO nos ayuda a resolver estas dudas marcando algunos verticales claves:
Ya sabemos que la digitalización del sector educativo es un reto y oportunidad al mismo tiempo. Y entre las mejoras que se puede introducir, la realidad virtual se corona como una de las más innovadoras y eficaces al mismo tiempo.
Las experiencias digitales e interactivas potencian la efectividad del aprendizaje. En este sentido, la realidad virtual ofrece una experiencia educativa totalmente inmersiva que repercute en unos mejores resultados.
La realidad virtual también puede ser muy útil como herramienta de simulación en las formaciones prácticas y profesionales. Por ejemplo, la formación en el ámbito médico o los cursos de prevención de riesgos laborales son algunos ejemplos de enseñanzas prácticas en las que la realidad virtual puede aportar grandes beneficios. Así, lo demostró Walmart con su plantilla.
La realidad virtual permite ofrecer un mejor servicio al cliente en sectores tan dispares como el retail de moda o la industria de la distribución alimentaria. Por ejemplo, gracias a esta tecnología es posible visualizar cómo sienta una prenda sin necesidad de pasar por el probador o realizar la compra online paseando por una demo virtual del supermercado físico. Además, en el ámbito del ecommerce gracias al uso de la VR es posible que los usuarios conozcan mejor los atributos del producto que desean adquirir.
Hemos visto ya casos prácticos dentro de este entorno que buscan precisamente mejorar la experiencia del cliente y ayudarle a seleccionar su producto o recrear su proyecto de hogar, como en el caso del Leroy Merlin.
Acercar la cultura a los más jóvenes o hacer interesante una exposición puede ser sencillo si cambiamos la perspectiva. Y es que en el ámbito cultural, la realidad virtual puede potenciar nuevos formatos.Un claro ejemplo es el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid, que se puede visitar a través de unas gafas de VR que simulan a la perfección todas las salas de exposición disponibles.
Sin embargo, las posibilidades pueden ser muy dispares no solo en museo sino también en edificios históricos o recreaciones.
Otra de las oportunidades que abre el mercado virtual es el de la simulación de espacios, que permite vivir una experiencia “presencial” e inmersiva de un evento celebrado en cualquier lugar del mundo.
En este sentido, un ejemplo de la integración de la realidad virtual es el baloncesto con la NBA que está retransmitiendo los partidos en este formato. Sin embargo, esto puede ser solo el inicio de otras experiencia en el entorno del entrenimiento.
Imagen | Lucrezia Carnelos