Conocido con el nombre en código de Granite Rapids, Intel ha anunciado su decisión de retrasar el lanzamiento de su nuevo chip para servidores hasta dentro de dos años para ganar terreno a sus competidores.
Inmersa en un gran cambio que la transformará en fabricante para otras compañías de semiconductores, Intel ha decidido retrasar el lanzamiento de su nuevo chip para servidores hasta 2024.
Tal y como ha informado el CEO de la compañía, Pat Gelsinger, Granite Rapids, el nombre en código del que será su próximo chip para servidores, sufrirá este retraso ya que necesita incrementar el gasto destinado para reducir distancias con sus competidores.
En el caso de este chip, es especialmente importante debido a que será el primer procesador de Intel para servidor que utilizará litografía ultravioleta extrema, una tecnología clave que Intel necesita implementar para alcanzar a TSMC y otros fabricantes de chips importantes.
Precisamente, Intel anunciaba hace unos días su alianza con TSMC para la fabricación de las tarjetas gráficas Arc, así como para los procesadores Meteor Lake y Arrow Lake. Estos chips tendrán el proceso Intel 4 y, presumiblemente, se lanzarán entre 2023 y 2024.
Los cambios en la hoja de ruta se enmarcan en el plan de recuperación de Pat Gelsinger
Estos movimientos se enmarcan dentro de la estrategia de la compañía desde que Gelsinger regresó a Intel asumiendo el cargo de CEO hace un año y prometió cambiar la empresa a medida que empresas rivales como AMD y antiguos clientes como Apple comenzaron a desafiar el estatus de Intel como el mejor fabricante de procesadores en términos de potencia y rendimiento.
Sin embargo, reacción del mercado a los anuncios de la compañía, con caída en Bolsa incluida, pone en duda la viabilidad del plan de recuperación de cinco años de Gelsinger. Los accionistas temen que perjudique los márgenes de beneficios y que su nuevo negocio de producción de chips requiera mucho capital y sea demasiado arriesgado.
Intel refuerza su estrategia
Desde Intel apuntan que la compañía planea alcanzar un crecimiento anual de ventas del 10% en 2025, pero que el crecimiento de los ingresos este año sería «moderado». El director financiero de Intel, Dave Zinsner, apunta que actualmente están entrando en una «fase de inversión» y espera al menos mil millones de dólares en flujo de efectivo negativo en 2022 a medida que aumenta el gasto de capital.
Y es que esta nueva estrategia está llevando a Intel a construir fábricas de chips por valor de 20.000 millones de dólares en Arizona y Ohio, y planea anunciar una nueva instalación europea este año.
Con ello, la compañía también espera ponerse al día con la tecnología de fabricación de chips de TSMC y Samsung. En los últimos años, los fabricantes de chips asiáticos han superado a Intel en términos del «nodo de proceso» que pueden usar para fabricar microchips: TSMC está en un nodo de 5 nanómetros, mientras que Intel permanece en 10 nanómetros.
Intel planea introducir 5 nuevos nodos en los próximos cuatro años
El retraso en el lanzamiento de Granite Rapids hace pensar que, a pesar de la confianza de Intel en que podría ponerse al día en 2026, la creación de nuevas técnicas de fabricación de procesadores sigue siendo un proceso técnico y difícil que puede sufrir retrasos muy fácilmente.
Con ello, Intel planea introducir 5 nuevos nodos en los próximos cuatro años, un plan más agresivo que el de sus rivales.
El propio Gelsinger ha apuntado que el lanzamiento del chip Granite Rapids se ha retrasado para que pudiera fabricarse en un nodo más avanzado y para que Intel pudiera introducir un nuevo cronograma semestral para lanzar nuevos chips de servidor importantes.
Con este cambio en la hoja de ruta, consigue que este nuevo chip pasara servidores tenga un mayor rendimiento si se retrasa hasta 2024.
Intel confía en aportar más información sobre sus unidades comerciales a medida que vayan avanzando para así contribuir a generar mayor confianza entre sus accionistas.
Imagen inicial | Massimo Botturi