Cuando se pasan muchas horas delante de un ordenador, una de las primeras cosas que se cansa es la vista. Y es que contar con un monitor para trabajar en casa se vuelve imprescindible para mejorar la productividad, flexibilidad y ergonomía. En definitiva, para mantener un nivel superior de negocio.
¿Pero qué características tiene que tener un monitor para trabajar en casa? ¿Cuáles son los elementos que tenemos que tener en cuenta? ¿Qué tipo de pantalla es la que más le conviene a nuestros clientes? En este artículo vamos a intentar despejar algunas de las dudas más comunes que se suelen presentar para que elegir la pantalla adecuada.
Resolución de la pantalla
Uno de los primeros elementos que tienes que tener en cuenta a la hora de elegir un monitor es la resolución de pantalla. La resolución en realidad no es más que el número de píxeles que pueden ser mostrados en el panel. Cuantos más píxeles pueda mostrar, más información se proyectará en el monitor y casi siempre la imagen resultante será de más calidad.
En 2022 lo mínimo que tienes que pedir a un monitor es que tenga una resolución de 1.920 x 1.080 píxeles, conocida también como Full HD o FHD. ¿Y qué hay de los monitores 4K o incluso 5K? Incorporarlos a la «oficina casera» dependerá en gran medida del presupuesto y de las necesidades de la empresa.
Si todo lo que se va a hacer es trabajar con documentos ofimáticos y alguna aplicación web, puede que sea una inversión que se pueda ahorrar de momento. En cambio, si es necesario trabajar con fotografía y mucho más con vídeo, un buen monitor 4K puede marcar la diferencia. Por otro lado y por su gran capacidad para mostrar información en pantalla, para trabajar con enormes hojas de cálculo o si es un perfil de programador profesional, el contar con resoluciones más altas también puede ayudar a ser más productivo.
Formato de la pantalla
El formato de la pantalla informa sobre la proporción que existe entre el ancho y alto de la misma. Los formatos más habituales son 3:2, 4:3 y 16:10, pero hay muchos otros. Cuanto más crece la diferencia entre ancho y alto, más «estirada en horizontal» será la pantalla y viceversa.
Lo ideal aquí es que si tenemos que trabajar con grandes documentos de texto o muchas filas de datos (igualmente tablas de excel) nos inclinemos por monitores para trabajar en casa que favorezcan el alto frente al ancho. En cambio para un trabajo de fotografía y multimedia, puede resultar más interesante la relación inversa.
Tasa de refresco
Otro de las características importantes es la «tasa de refresco», un valor que indica cuántas veces se redibuja una imagen en el monitor cada segundo. Si la tasa de refresco es baja, es probable que tengamos la impresión que nuestro monitor «parpadea» (se conoce como flickering), lo que a lo largo de una jornada laboral puede llegar a ser realmente incómodo, aumentando nuestra sensación de cansancio, fatiga visual y dolor de cabeza.
Para trabajar en casa, deberemos asegurarnos en ese sentido que el monitor tenga una tasa de refresco como mínimo de 60 Hz. resultando tal vez más interesante aquellos que nos ofrecen hasta 75 Hz. o incluso 100 Hz. Es cierto que en el mercado ya se pueden encontrar monitores que llegan hasta los 240 Hz. o incluso 36o Hz. pero hablamos en este caso de dispositivos pensado para gamers que necesitan una gran precisión especialmente a la hora de jugar on-line.
Igualmente podemos valorar que el fabricante mejore la gestión de esas tasas de refresco con tecnologías de sincronización vertical como FreeSync de AMD o G-Sync de Nvidia, que logran una mayor estabilidad en las imágenes.
Tipo de panel
Dependiendo de la actividad profesional de la empresa, puede resultar interesante optar por un tipo de panel u otro. Lo más habituales que vamos a encontrar en el mercado son los IPS (In-Plane Switching), TN, VA o OLED.
En casi todos los casos nos va a interesar contar con un panel IPS, ya que ofrecen altos ángulos de visión y nos ofrecer una estupenda representación del color. Los paneles de tipo TN son ideales si por las aplicaciones que vamos a utilizar (por ejemplo en el campo médico), la latencia es un factor determinante, ya que ofrecen una velocidad de respuesta de hasta 1 milisegundo, por lo que también son muy apreciados en el mundo del gaming.
Los conocidos como VA (Vertical Aligment) combinan tal vez los ambos mundos, ya que alinean los LEDS verticalmente en una placa de vidrio, logrando tener mejor representación del color que los TN y una velocidad de respuesta mucho mejor que los IPS. Finalmente, los OLED destacan por sus negros puros y sus grandes contrastes y aunque son estupendos en muchos escenarios su alto coste puede ser todavía una barrera para muchos.
Descubre cómo mejorar los negocios con un buen monitor
Las características a las que nos hemos referido hasta ahora son solo algunas de las que tienes que tener en cuenta a la hora de escoger un buen monitor para trabajar en casa, ya sea para el puesto de trabajo de tus empleados, el de tus clientes o el tuyo propio.
Sin embargo, hay otros elementos que tenemos que tener en cuenta y que merece la pena considerar especialmente en estos momentos en los que el trabajo híbrido se está convirtiendo en una «nueva normalidad» para muchas empresas.
Nos los cuentan en el informe elaborado por Forrester Consulting y Dell «Potencie su espacio de trabajo híbrido con monitores». ¡No te lo pierdas!