En estos últimos meses hemos oído cada vez más el concepto metaverso de boca de grandes referencias de la tecnología. Facebook, Microsoft, HP o Google han ido expandiendo este término como parte del futuro de la web que quieren escribir. Pero ¿Qué es exactamente? ¿Por qué debo conocerlo y hasta qué punto puede afectar a mi negocio?
Empecemos por el principio. La primera vez que oímos la palabra metaverso fue, según nos cuentan en MCPRO, en la novela de ciencia ficción “Snowcrash” (1992) de Neal Stepheson. Una palabra que definía un mundo inmersivo y multisensorial donde se utilizan diferentes tecnología para crear una experiencia única, sin importar que servicios, empresa o actividad estuvieras realizando.
No es la única definición que nos podemos encontrar. El inversor de riesgo, Piers Kicks, lo definía como un universo en vivo y digital persistente que permite a los individuos contar con un sentido de agencia, presencia social y conciencia espacial compartida, además de la habilidad de participar en una economía virtual extensiva con profundo impacto social. Una explicación quizás más enrevesada, pero que nos da 4 características clave de este metaverso:
- Persistencia: el metaverso se concibe como un mundo sinfin donde la experiencia no acabaría nunca. El usuario podría persistir en ese espacio un tiempo indefinido sin necesidad de cambiar ni de identidad digital ni de personalidad, en el caso de querer tener un atuendo de un juego en concreto, por ejemplo.
- Escala mundial: en la actualidad la tecnología permite que unos 100 usuarios puedan ver e interactuar al mismo tiempo. El metaverso se concibe como un espacio donde millones de personas puedan conectarse y comunicarse sin problemas de lapsos de tiempo o interrupciones. Una característica que lleva este mundo a un nivel superior en las relaciones que pueden ser tanto con personas desconocidas de otros países o con tu círculo de amigos habitual.
- Accesibilidad e interoperabilidad: entrar desde cualquier dispositivo y en cualquier momento es otra de las características que brindaría este metaverso. Un punto que requiere en consecuencia una interoperabilidad sin paragón actual entre plataformas, servicios y empresas.
- Economía virtual con impacto social: quizás el punto más interesante para las empresas. El metaverso supone un mundo en el que la compra venta de artículos, vidas de juegos o puntos sea no solo habitual sino válido para cualquier espacio lo que propicia más aún el consumo, pudiendo llegar incluso a tener un impacto real.
Pero si todavía no te ha quedado claro que podría ser el metaverso, la opción más visual que podemos conseguir es la de Second life. Aquel mundo virtual que apareció en 2003 consiguió reunir a más de 20 millones de usuarios y sentar levemente las bases de lo que quiere ser el metaverso del futuro.
Metaverso y su interés empresarial
Como decíamos el interés por el metaverso ha ido in crescendo en los últimos tiempos. Los grandes de la tecnología vislumbran este mundo como un nuevo espacio donde seguir conectando con los usuarios y, sobre todo, donde aprovechar tecnologías que no terminan de cuajar de forma masiva como la realidad aumentada o virtual, las criptomonedas o los hologramas.
Los grandes referentes tecnológicos ya están sembrando el cultivo. Facebook creó Horizon en 2019, que ahora cuenta con su versión profesional, e incluso, ha cambiado el nombre de su empresa para pasar a llamarse Meta; Microsoft ha comenzado a alentar a su comunidad de desarrolladores para entrar en su metaverso; o HP ha hecho pinitos con un nuevo servicio de impresión gestionada en el universo de Microsoft.
Pese a la gran acogida que está teniendo el metaverso, algunos ya han levantado la voz crítica. Intel, por ejemplo, ha advertido que para conseguir el metaverso que definíamos anteriormente habría que multiplicar por mil la eficiencia de cómputo de las mejores herramientas actuales. «La computación verdaderamente persistente e inmersiva, a escala y accesible para miles de millones de humanos en tiempo real, requerirá un aumento de 1000 veces en la eficiencia computacional del estado de la técnica actual», declaraba Raja Koduri, vicepresidente senior de la casa.
Una crítica que es parte de los retos que tiene el metaverso por delante. Y es que para conseguir que este mundo virtual funcione se necesitaría que la tecnología pudiera conseguir que millones de personas interactuarán al mismo tiempo sin retardos ni parones. Una verdadera hazaña para la que la tecnología todavía no está del todo preparada.
Los desafíos no solo son técnicos sino también legales. Un mundo que necesitaría de unos estándares convalidados por todos los que lo usen, con un sistema de identidad digital única para los usuarios y con compartición de datos entre las empresas para que fuera posible sacar el máximo provecho. ¿Y esto es factible? Habría que ver si las compañías están dispuestas. Hasta ahora, parece que las empresas han optado por un mundo de multiversos, es decir, sus metaversos privados donde gestionar sus usuarios, dispositivos de realidad virtual o aumentada y aplicaciones.
En los inicios de una gran revolución
El metaverso, tal como está planteado, tan solo está en el principio de lo que está por fraguarse o más bien, de lo que los gigantes TI quieren fraguar. Los expertos hablan de que en las próximas décadas podríamos ver una revolución dentro del metaverso que nos haría entrar a todos, olvidándonos de Internet tal y como lo concebimos hoy en día.
Entornos dentro de los videojuegos que se juegan online como Fortnite o Call of Duty son la aproximación más exitosas que tenemos de lo que podría ser un metaverso en un futuro. Aunque, por el momento, son ambientes cerrados, esta podría ser la idea a la que se quiere llegar, concibiendo esos mundos dentro de todos los que podemos encontrar a día de hoy en Internet. Espacios de interoperabilidad que aprovecharán al máximo la tecnología actual de realidad virtual y combinarán nuevas innovaciones para llegar la experencia a un nuevo nivel.
Sin embargo, tenemos que tener claro que una cuestión es lo que quieran las grandes empresas tecnológica y otra, muy diferente, lo que realmente le interesa al común de los mortales. De hecho, pese a toda su repercusión, Second Life en su día demostró que el mundo, o quizás la tecnología del momento, no estaba preparado para el metaverso. En 2007, en cuatro años de vida, la mayoría de sus usuarios habían abandonado la plataforma. Por ello, tendremos que ver si el planteamiento de metaverso realmente atrae a los consumidores y nos hace ir al futuro web que quiere la industria.