Intel se enfrenta a un momento crucial a medida que aumenta la presión de sus competidores en el mercado de procesadores. La necesidad de avanzar en sus procesos de fabricación pone lleva a la compañía a realizar movimientos importantes para recuperar parte de la cuota de mercado perdida en los últimos años.
La pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto los problemas ya existentes en la cadena de suministro en todo el mundo. La fuerte demanda que desde el inicio de la pandemia ha habido de productos tecnológicos como PC y tablets hizo que los problemas de abastecimiento fueran aún mayores y no se pudiera dar salida a millones de pedidos.
Los problemas en la fabricación de procesadores se han convertido en una cuestión estratégica que ha puesto en evidencia la fuerte dependencia de estos productos y de sus proveedores, principalmente ubicados el mercado asiático. Las principales economías mundiales se han visto afectadas de tal forma que algunos gobiernos han alertado de su impacto y consideran la fabricación de chips de gran importancia para la seguridad nacional.
Esto ha llevado a que países como Estados Unidos, China y Corea del Sur hayan anunciado que destinarán fondos para impulsar sus industrias de semiconductores.
En este panorama, Intel, uno de los grandes fabricantes de procesadores, ha tenido que hacer frente a importantes problemas de producción acometiendo cambios que le permitan salir adelante. El retraso en la fabricación de los chips de 7 nanómetros ha tenido una gran repercusión, y de forma muy especial en la fuerte caída en el precio de sus acciones, algo que han aprovechado competidores como TSMC y Samsung, adelantando sus plazos de entrega en sus chips de 5 y 3 nanómetros.
El duro golpe para Intel ha puesto en evidencia deficiencias en sus procesos de fabricación, sin poder dar respuesta a la fuerte demanda, lo que ha llevado a que se comente la posibilidad de que la firme subcontrate la producción a terceros.
La desaceleración en innovación y los problemas de fabricación, claves en la pérdida de liderazgo de Intel
Sin duda, esto pone fin al indiscutible liderazgo de Intel en el segmento de chips durante tantos años, que solo en Estados Unidos ha pasado de una cuota de mercado del 40% en la década de 1990 hasta un 10% en los últimos. La desaceleración de la innovación, el gasto improductivo en investigación y los retrasos en la fabricación, son solo algunos de los problemas detrás de esta pérdida de liderazgo.
No obstante, a esto también hay que sumar factores externos como los cambiantes requisitos de los usuarios de PC y tablets, los cambios en los modelos de trabajo y la educación, así como imprevistos como la pandemia, y una creciente tendencia a la fabricación interna.
Así, en los últimos años, hemos visto como los fabricantes de PC están diversificando sus carteras para satisfacer las necesidades de los diferentes segmentos y apostando por chips de firmas como AMD o ARM.
Nuevos movimientos de Intel
Sin duda, las dificultades que ha atravesado Intel han beneficiado a sus competidores que han visto cómo han ido ganado terreno en el mercado de procesadores en los últimos años. TSMC, AMD, Samsung y Apple han sido los que más han ganado con estas turbulencias del mercado.
Apple, por ejemplo, ha tenido buenos resultados en su negocio de los Mac apostando por producir sus propias CPU basadas en ARM, que ya representan el 82% de sus envíos de Mac con estos chips. Unos buenos resultados que han animado a que otras compañías apuesten también por este camino, como Google, que podría fabricar sus propios chips tras anunciar que abandonará Qualcomm y creará sus propios procesadores para smartphones.
Asimismo, ante el avance de los Chromebooks en el mercado educativo, al ser dispositivos que no requieren de procesamiento de gama alta, los chips de AMD han ganado terreno al ofrecer precios más bajos que Intel.
Junto a esto, la industria del juego también favorece a AMD, ya que ofrece una potencia de procesamiento de gráficos superior a la que goza Intel, algo en lo que ya trabaja la compañía con su oferta Intel Arc para GPUs de consumo de alto rendimiento.
Sin embargo, los analistas aún no ven claro el futuro de Intel para recuperar todo el terreno perdido a pesar de estos movimientos y ante la pérdida de competitividad de sus fundiciones.
Incrementar el gasto en investigación y fabricación impulsaría las capacidades de Intel
Muchos apuntan la necesidad de que la compañía incremente su gasto en investigación e incentivos de fabricación para impulsar sus capacidades y seguir siendo competitiva. A medida que se avanza hacia chips más pequeños, rápidos y eficientes, Intel necesita volver a recuperar sus capacidades competitivas en fabricación.
El reto es grande y los responsables de la compañía, entre ellos Pat Gelsinger, CEO de Intel tras su reciente vuelta a la firma doce años después de su salida, se muestran optimistas en que los movimientos que están realizando contribuirán a volver a liderar el mercado de procesadores.
Imagen inicial | GR Stocks