La logística, un sector que en España tuvo en 2019 un valor de 74.685 millones de euros y representó el 6% del PIB nacional según datos de la patronal, vive un periodo de profunda transformación. Un segmento donde el comercio electrónico cada día aporta más y obliga al segmento a digitalizarse a pasos agigantados.
Para fomentar la transformación tecnológica y digital de las empresas españolas, el futuro Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) del Gobierno español pondrá a disposición 28.000 millones de euros para estimular las inversiones en cloud computing, big data, robótica avanzada, etc., desde una perspectiva sostenible e innovadora, en la que destacan tres macrotendencias:
El 71% de los españoles (Capgemini, 2020) afirma realizar sus compras teniendo en consideración el potencial impacto ambiental de un producto o servicio y la Comisión Europea apunta a una reducción del 60% en las emisiones del sector del transporte para 2050. ¿Cómo puede la logística reducir su huella de carbono? A corto plazo, el uso de combustibles alternativos es sin duda una de las soluciones más fáciles de alcanzar: el metano, el GLP o la electricidad tienen un impacto positivo tanto en el medio ambiente como en el coste final de los servicios logísticos.
La logística tiene un gran impacto en la satisfacción del cliente y en el servicio al cliente, ya que algunas características de las compras online, como el precio, la variedad y la velocidad de entrega, están fuertemente influenciadas por la logística y el desarrollo y las nuevas técnicas del sector.
El uso de Big Data, por ejemplo, se está desarrollando de manera capilar, creando la llamada Logística 4.0, en la que el rol de analytics, data y machine learning se entrelazan e interconectan. Esta integración aporta diferentes mejoras como la reducción del riesgo de escasez o excedente de mercancía, o la reducción de datos del producto, entre otras.
Según un análisis realizado por Google Cloud en junio de 2021, el 64% de las empresas del sector manufacturero a nivel global utiliza ya soluciones tecnológicas innovadoras, como la Inteligencia Artificial.
La IA encuentra aplicación en dos áreas principales: control de calidad y optimización de la cadena de suministro. Con respecto a este último aspecto, esta tecnología se utiliza para optimizar la gestión de la cadena de suministro (36%), el riesgo (36%) y el inventario (34%). Existen numerosas ventajas: las empresas de mensajería y logística pueden reducir las existencias hasta un 75%, recortar los costes administrativos de un 80% y reducir los costes de almacenamiento del 15% al 30%.
La consultora norteamericana McKinsey estima que las empresas de logística pueden generar un retorno de la inversión entre 1.300 y 2.000 millones de dólares al año mediante la adopción de inteligencia artificial.