Con todo el legacy que impera en las empresas, plantearse una modernización de la infraestructura TI es una necesidad imperiosa si queremos hablar de transformación digital. Sin embargo, construir una buena planificación que ayude a nuestros clientes a abordar los retos del futuro no es un tema ni baladí ni sencillo.
A la hora de pensar en una modernización de la infraestructura TI, como partner TI, debemos tener en cuenta muchos parámetros, sobre todo, cuando hablamos de grandes empresas o administración, dos perfiles corporativos donde más hacen falta este tipo de proyectos.
Sin embargo, también hay que pensar en los errores a evitar, muchos de ellos cotidianos y que nos pueden llevar al fracaso de un gran proyecto. Estos son algunos de los más comunes:
En muchas ocasiones nos enfocamos en un proyecto de renovación concreto. Miramos una parte de la infraestructura IT que es crítica para la compañía, pero no tenemos en cuenta cómo puede afectar al resto de la organización ese cambio, qué conexiones tendrá con otras partes o si realmente mejorará los puntos que queremos teniendo en cuenta la situación del resto.
Por todo ello, plantear una modernización de infraestructura TI supone tener una visión holística. Pensar en una empresa como un todo donde cada parte tiene sus necesidades que debemos cubrir.
Modernizar una infraestructura TI y marcharnos de la casa del cliente no es la fórmula más adecuada de trabajar. Como partner debemos tener claro que el mantenimiento es una de las patas fundamentales a la hora de conseguir exprimir todo el potencial.
Es por ello que todo proyecto de estas características debe ir en línea con una estrategia de servicios añadidos de actualización, mantenimiento y gobernanza de datos. Podemos recurrir a la automatización en ciertas áreas, pero también debemos seguir de cerca la evolución del uso de esta infraestructura para marcar o rectificar el camino trazado.
Pensar en una actualización requiere de una estrategia adecuada en la que se cubran todas las necesidades que tiene la compañía. Este punto crucial requiere de una análisis exhaustivo que valore el presente de la empresa y el futuro en un plazo medio.
Para conseguir definir este camino hay que tener en cuenta, entre otros aspectos, de dónde partimos, a dónde queremos ir y cuáles son los procesos de la compañía. Solo podremos aportar valor si realmente conocemos todos los objetivos y entresijos por los que se mueve esa infraestructura TI.
Fijar la estrategia también supone pensar en un buen planteamiento de seguridad que permita que servicios, aplicaciones y datos no corran ningún peligro ni en la migración ni en la futura infraestructura.
Aunque ya lo abordábamos en el primer punto, se merece uno especial ya que es otro de los errores comunes: pensar que una única infraestructura TI vale para todo.
En plena era multicloud, sabemos que las infraestructuras son heterogéneas y están deben convivir entre sí para sacar el máximo rendimiento y funcionalidad en cada situación o para cada necesidades. Y ahí está nuestro gran desafío: encontrar la infraestructura TI adecuada para cada contexto y conectarlo en un todo.
A menudo muchos partners menosprecian la formación a los trabajadores o equipo IT del cliente porque consideran que puede ir en contra de su negocio futuro. Un pensamiento muy lejano a la realidad y que puede convertirse más bien en un lastre.
Educar debe ser una parte del proceso de modernización. La compañía debe estar al tanto de que se está haciendo y cuáles son los pasos que se están dando. Conociendo lo que puede hacer la infraestructura TI estarán en un lugar privilegiado para pedirnos en un futuro nuevas funcionalidades con las que explotar aún más el equipamiento.