Según el CEO de Intel, Pat Gelsinger, la escasez de chips que está teniendo importantes consecuencias para muchos sectores a nivel mundial, podría prolongarse “uno o dos años más”. De confirmarse este impacto perduraría hasta mediados de 2023.
Aprovechando el marco de publicación de los resultados de Intel correspondientes a su segundo trimestre fiscal, el CEO de la compañía, Pat Gelsinger, ha querido compartir su punto vista sobre la actual escasez de chips que existe a nivel global.
En opinión del directivo, esta problemática seguirá afectando al sector tecnológico y a otras industrias durante, al menos, uno o dos años más. No obstante, este mismo año, a lo largo del tercer trimestre, Gelsinger prevé que deberemos de hacer frente a una importante escasez de chips para PC de sobremesa como nunca hemos visto hasta ahora.
«Si bien espero que la escasez toque fondo en la segunda mitad del año, pasarán de uno a dos años antes de que la industria pueda alcanzar completamente la demanda.»
Para el directivo, a la espera de que la situación se normalice levemente en los próximos meses, avisa de la importancia de estar preparados para lo que viene. Para ello, Intel trabaja en la construcción de fábricas en Oregon, Arizona, Israel e Irlanda con la mirada puesta en satisfacer la demanda del mercado de cara al futuro.
El fuerte impacto que está teniendo la escasez de chips a tantos niveles está llevando a los fabricantes a tener que concentrarse en determinados segmentos para minimizar las consecuencias. Intel está priorizando la atención a sus clientes comerciales con sus procesadores Ice Lake, por lo que algunos prevén un incremento en las CPU de escritorio de la marca en los próximos meses.
Pero también se espera que la llegada en octubre de los nuevos Intel Core de 12ª generación también tengan un elevado precio.
La subida de precios no será la única consecuencia que veremos en los próximos chips que estén en el mercado ya que, según Intel, algunos productos de electrónica de consumo también podrían encarecerse en los próximos trimestres ante el parón que están sufriendo desde 2020 algunas fábricas.
A los efectos de la pandemia hay que sumar la fuerte demanda de PCs y otros productos tecnológicos, especialmente para llevar a cabo el teletrabajo y disfrutar más del ocio en casa, todo ello como consecuencia de la nueva coyuntura que estamos viviendo globalmente.
La escasez de chips y los problemas logísticos, entre otros, encarecerá el precio de muchos productos
Y, por si esto fuera poco, los problemas logísticos, así como el encarecimiento de los transportes, seguirán contribuyendo a que el precio de muchos productos se eleve muy por encima de lo esperado.
Ante esta situación, los fabricantes de automóviles, muchos de los cuales se han visto obligados a dejar inactivas las plantas este año ante la escasez de chips, están siendo una de las industrias más afectadas, al tener limitado el suministro de vehículos nuevos en un momento en que los precios de los automóviles usados están aumentando.
Valga el ejemplo de General Motors, que dejará de fabricar la mayoría de sus ‘pickup’ durante una semana, teniendo en cuenta que estos modelos, junto con los SUV de gran tamaño, que son los vehículos más vendidos y rentables de los fabricantes de automóviles en Estados Unidos. Tanto General Motors como otras compañías han tratado de seguir fabricándolos, desplazando su suministro de chips a favor de estos modelos y en detrimento de los vehículos menos populares.
Si bien los problemas de suministro de General Motors prevén que lleve a disminuir en las próximas semanas, la industria debe permanecer alerta. Intel y otros fabricantes de chips están trabajando para expandir su capacidad de producción, pero pueden pasar años antes de que las nuevas plantas entren en funcionamiento.
Daimler, propietaria de Mercedes-Benz, baraja que la escasez de chips persista hasta 2022, lo que obstaculizará sus ventas. No obstante, todos los fabricantes siguen trabajando para minimizar el impacto de esta crisis y que, si bien prevén que se prolongue más de lo esperado, sus consecuencias sean lo menos graves posible.
Imagen inicial | Christian Wiediger