Menos ataques ransomware, pero más efectivos y con objetivos más dirigidos. Ese es el resumen de la situación actual que describe ESET en su último informe. El especialista en ciberseguridad alerta del descenso de ataques de ransomware que calcua en un 27% para el primer cuatrimestre de 2021. Sin embargo, esta bajada no supone una evolución de los ciberataques que se han hecho más efectivos.
Los ataques de ransomware observados en lo que llevamos de año por ESET son cada vez más agresivos, y en ellos se utiliza el secuestro de información junto con otras prácticas que aumentan la presión sobre las víctimas, como el “print bombing”, doxing, ataques de denegación de servicio distribuidos (DDoS) o llamadas en frío.
Al dirigirse cada vez más a grandes organizaciones, aunque ninguna esta libre de recibirlos, los delincuentes también pueden solicitar rescates cada vez más elevados. Un ejemplo lo veíamos este mes de julio con el ataque a Kaseya por parte de la familia de ransomware conocida como REvil, en el que se llegaron a pedir 70 millones de dólares por un descifrador que funcionase en todos los sistemas afectados.
En opinión de Josep Albors, director de investigación y concienciación de ESET España, “la evolución de los ataques de ransomware y los incidentes sufridos en los últimos meses y años, deben hacernos reflexionar acerca de las medidas de seguridad que tenemos adoptadas actualmente en nuestras organizaciones, analizarlas en profundidad y buscar la manera de mejorarlas, aplicando diferentes tipos de soluciones y modelos de seguridad”.
En este sentido, y como canal tecnológico especializado, los partners tienen un labor crucial en el despliegue de soluciones y servicios para la protección de las empresas. Un papel donde la especialización y acompañamiento serán claves no solo para securizar los entornos de las organizaciones sino también para mitigar cualquier ataque, que en una alta probabilidad, sucederá.