Cada vez más organizaciones apuestan por una tecnología sostenible, concienciadas de la importancia de incorporar la sostenibilidad medioambiental en su cultura corporativa. Sin embargo, ¿podemos decir lo mismo de los consumidores? ¿Están apostando por la sostenibilidad de forma contundente? ¿Le calan los mensajes de ecología que da el sector TI?
Caminar hacia un mundo más sostenible es un propósito que está calando en las organizaciones, y cada vez más en los consumidores que apuestan por una tecnología sostenible. No obstante, a menudo nos preguntamos si las empresas tecnológicas están destinando más esfuerzos al desarrollo de tecnologías responsables con el medio ambiente como consecuencia de una demanda por parte de los consumidores, o si éstos apuestan por una tecnología sostenible solo si está a su alcance.
Lo cierto es que, cada vez más, vemos que se trata de un empuje común, ya que el respeto medioambiental sigue escalando puestos entre las prioridades de las organizaciones, al tiempo que los consumidores se decantan por las tecnologías e iniciativas que contribuyen a la sostenibilidad del planeta.
Así se desprende de un reciente estudio de SAP, realizado junto con Qualtrics, en el que queda constancia de que los consumidores españoles abogan cada vez más por el respeto medioambiental y, en consecuencia, muestran mayor interés por las prácticas de sostenibilidad de las marcas.
En este sentido, más del 42% de los consumidores españoles que han participado en este estudio considera que disponer de tecnología sostenible es una cuestión muy importante, lo que refleja que el grado de concienciación es bastante elevado.
Solo el 22% de los consumidores encuestados se siente orgulloso del reciclaje que realiza
Además, el estudio también deja constancia de la preocupación que tiene para los consumidores la huella de carbono, con un creciente interés por seguir la huella de carbonos de sus marcas y cada vez más consumidores que lo hacen.
Únicamente el 22% de los encuestados se siente orgulloso del reciclaje y la reutilización de materiales completa que efectúa. Queda mucho por hacer.
Estas posturas también ponen en evidencia que las marcas deberían realizar una mayor labor de concienciación sobre sus políticas de sostenibilidad, así como sobre las ventajas y los beneficios que proporcionan. Más aun teniendo en cuenta la relevancia que está adquiriendo este aspecto para los consumidores, hasta el punto que incluso un elevado porcentaje manifiesta estar dispuesto a pagar más por productos más sostenibles.
Asimismo, el 80% de los consumidores preferiría formar parte de una comunidad que bonificara por la compra de productos sostenibles, antes que pertenecer a un programa de fidelización por volumen de compras.
Una definición clásica de sostenibilidad apunta que se trata de «abordar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras». Por tanto, los líderes tecnológicos deben incluir la sostenibilidad dentro de las estrategias actuales y las decisiones clave para adaptarse al futuro.
Se trata de una petición cada vez más valorada por los clientes ya que apostar por una tecnología sostenible no se trata solo de lo que debemos hacer para proteger el medioambiente, sino que tiene consideraciones socioeconómicas y los consumidores exigen que las marcas apuesten por ello. Solo los líderes tecnológicos pueden liderar este camino para que sus empresas lo logren.
Los líderes preparados para el futuro deben hacer de la sostenibilidad una prioridad máxima
Algunos de los directivos de grandes empresas y personas influyentes están escuchando estas peticiones y están participando activamente en el desarrollo de iniciativas eco-responsables. En este sentido, si Jeff Bezos ha destinado miles de millones de dólares para reducir la huella de carbono y ha convertido Amazon en el mayor comprador corporativo de energía renovable a nivel europeo y mundial; Bill Gates, además de publicar libros para concienciar sobre el tema, también colabora activamente en el impulso de los ODS; y Elon Musk sigue impulsando la fabricación de coches eléctricos, entre otros proyectos para favorecer el medioambiente.
Sin duda, los líderes tecnológicos preparados para el futuro deben hacer de la sostenibilidad una prioridad máxima, incluyéndola dentro de las estrategias actuales y las decisiones clave para adaptarse al futuro y dar respuesta a este nuevo reclamo de los consumidores.
Los líderes tecnológicos también deben entender su tecnología como una «economía circular». Esto va más allá de estipular requisitos ecológicos en los contratos de adquisición o establecer políticas para la eliminación de activos sin vertederos. Se trata de evaluar y buscar verdaderamente la innovación de cada inversión en tecnología.
Los consumidores son también cada vez más conscientes de esto y, según un estudio de Capgemini, el 46% de los consumidores españoles elegiría una marca reconocida por ser más sostenible.
Esta concienciación también se ha visto incrementada tras la irrupción en escena de la pandemia de la COVID-19, que ha aumentado la sensibilidad ‘eco’ de los consumidores, mostrando las bondades de apostar por una economía circular. Según este estudio, el 68% de los consumidores quiere aumentar su consumo de productos locales, más seguros y sostenibles, en su percepción.
Solo el 18% de los directivos reconoce haber invertido en iniciativas en sostenibilidad
El interés por la sostenibilidad influye en el comportamiento del consumidor en más de la mitad de la población, ya que el 53% de los consumidores del conjunto general de la población, y el 57% del grupo de edad entre 18 y 24 años, se ha pasado a marcas menos conocidas pero que son sostenibles.
Sin embargo, es evidente que aún queda mucho camino por recorrer ya que sólo el 18% de los directivos encuestados reconoce haber invertido en iniciativas en este campo y apenas el 35% tiene planes de hacerlo en los próximos tres años.
A este hilo, Capgemini propone cuatro mejores prácticas para promover la sostenibilidad en las compañías. En primer lugar, promover entre consumidores y empleados la adopción de prácticas sostenibles, además de situar la tecnología en el centro de las iniciativas de sostenibilidad para medir su impacto. Implantar una estructura organizativa sólida para la promoción de la sostenibilidad y colaborar con el ecosistema general para lograr un mayor impacto, son otras prácticas necesarias.
Por todos son bien conocidas las 4 Rs del reciclaje, que son reducir, reutilizar, recuperar y reciclar. Sin embargo, llevarlas a la práctica no está siendo tan sencillo y la basura electrónica sigue creciendo a pasos agigantados. Según un informe de la ONU de 2019, la cantidad de basura tecnológica está creciendo tres veces más rápido que la población a nivel mundial.
Es necesario que los consumidores sean aún más conscientes de la importancia de reciclar sus viejos aparatos electrónicos. Para ello existen, y cada vez proliferan más, numerosas iniciativas como el programa Galaxy Upcycling de Samsung que permite a convertir tu antiguo teléfono Samsung Galaxy en un dispositivo doméstico inteligente mediante la aplicación Smart Things. El dispositivo tendrá una nueva vida como monitor o interruptor de luz, por ejemplo.
El mercado de productos reacondicionados supondrá más de 65.000 millones de dólares en 2024
Pero si hay una iniciativa que cada vez más tiene más adeptos es la de la compra de tecnología renovada. Según datos de la consultora IDC, cada vez más gente está optando por productos reacondicionados, lo que apunta que este mercado podría llegar a suponer más de 65.000 millones de dólares a nivel mundial en 2024, y con un crecimiento anual del 11,2%.
Un claro ejemplo de la creciente aceptación de los productos reacondicionados lo vemos en la empresa malagueña Reware Mobile, que se ha convertido en todo un exponente en el mercado de los móviles reacondicionados.
Teniendo en cuenta que cada teléfono móvil genera 95 kilos de CO2 a lo largo de su vida útil, aprovecharlos y darles una segunda vida implica un triple beneficio tanto para el consumidor, como para el medio ambiente y la economía.
La labor de compañías como Reware Mobile, que el pasado año devolvió al mercado 70.000 equipos, permite que por cada siete u ocho smartphones reacondicionados se ahorre un kilo de basura electrónica, lo que también es un ahorro para el consumidor, ya que son más asequibles, y para esta nueva industria en pujanza.
Se trata de recuperar los dispositivos que ya no se usan, ponerlos a punto y volverlos a comercializar, darles una segunda vida. Para ello mantiene acuerdos con operadoras como DoCoMo o Telefónica para que, cuando un consumidor compre un smartphone nuevo, se le haga un descuento al llevar su viejo dispositivo, que puede reciclarse dependiendo de su antigüedad, su valor de origen y si tiene algún defecto.
Cuando han sido reacondicionados, los valores de los equipos pueden descender considerablemente, incluso llegando a un 50% menos respecto al precio original. Y aquí los iPhone se han convertido en el dispositivo estrella.
Es tal el auge que están viviendo los dispositivos reacondicionados que hasta la propia Apple también se ha apuntado y pone a la venta en su propia página web dispositivos como el Apple Watch 6 y SE reacondicionados, con el atractivo precio que supone para el usuario.
Amazon Renewed es otra de las muchas iniciativas en dispositivos reacondicionados que funcionan como si fueran nuevos y con la garantía de la política de devoluciones de Amazon y la garantía de renovación, que permite un reembolso completo o una sustitución en el plazo de un año desde la recepción del producto si no funciona como se esperaba.
Pero los consumidores pueden hacer mucho más por el medio ambiente. Cada vez son más las horas que pasamos delante de las pantallas y el consumo de Internet y de contenidos en streaming crece a pasos agigantados.
La huella de carbono de Internet crece día a día ante el uso de dispositivos, redes, centros de datos y servidores que requieren de grandes cantidades de energía.
Y, unido a este creciente uso de la Red, nos encontramos con el auge de las compras online y la impaciencia de los consumidores por recibir las compras cada vez con mayor rapidez en el hogar. En esta carrera por disponer de servicios de entrega rápida, el impacto para el medioambiente es devastador.
Son muchas las acciones que se pueden hacer en pro de la sostenibilidad, aunque sea un pequeño grano de arena individual. Cada paso cuenta, y cada vez más consumidores son conscientes de ello, siguiendo el alentador mensaje del documental de David Attenborough, «The Year Earth Changed», que proclama que, incluso un pequeño cambio en nuestros hábitos, puede marcar una gran diferencia en nuestro planeta.
Imagen inicial | Noah Buscher